Capítulo 4

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Klaus silencio el despertador, casi al instante, no durmió bien, era la tercera noche que pasaba en ese sillón y le estaba pasando factura, le dolía el cuello, y la espalda. Necesitaba su cama de vuelta, cosa que por el momento era imposible.

Cuando entro la habitación de inmediato se sintió invadido, algunas de sus cosas no se encontraban en su lugar, y había otras movidas. Las pertenencias de Caroline estaban por todos lados, no solo había robado su cama, también le estaba robando su espacio. Al abrir el armario su inconformidad aumento, solo estaba la mitad de su ropa, y la mitad de sus zapatos, ya que Caroline también se adueñó de la mitad él.

La rubia se sentó adormilada, debido al ruido.

-¿Qué hora es? -Pregunto, mientras se frotaba los ojos.

-Las seis, ¿dónde quedó el resto de mis cosas? -Pregunto

-Las moví al armario de la habitación de huéspedes. -Informo sin entender la pregunta.

-Estudió -corrigió irritado.

-Parece que alguien amaneció de malas. -Dijo Levantándose de la cama- Iré hacer café.

Le informo dándole un beso en la mejilla, y salió de la habitación. Klaus inhaló y exhaló, buscando tranquilizarse, Caroline lo volvía loco, y no parecía darse cuenta.

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El humor de klaus no mejoro, después de la ducha y el café. Caroline trato de hacer el desayuno, fracasando en el intento, ya que quemos los panqueques.

Todo el camino en el auto fue silencioso, cuando Caroline intento poner música en el auto, klaus la quito de inmediato, ahí comprendió la rubia, que algo sucedía con su amigo, klaus tenía mal carácter con frecuencia, pero nunca con ella. Eso la desconcertó.

Klaus abrió la puerta del auto para que saliera Caroline, cuando llegaron al edificio.

-¿Que te sucede Nik? -Pregunto mientras caminaban dentro del edificio.

-Nada. -Respondió llamando el ascensor

-Es claro que algo te está molestando. Te conozco demasiado bien, como para ocultarmelo. -Respondió entrando al ascensor.

-No se que estás hablando. -Respondió con simpleza, mientras veía la hora en su reloj.

Caroline detuvo el ascensor, molesta. Odiaba cuando klaus se ponía de ese modo, el rubio noto que dejaban de moverse.

-Nos de tuvimos. -Informo preocupado.

Morir asfixiado dentro de un ascensor, no estaba en el top de sus muertes favoritas.

-Si, yo lo hice. -Le aviso, cruzaba de brazos, bloqueando el acceso a los botones.

-Que diablos sucede contigo Caroline. Odio llegar tarde. -Le recordó.

-Mientras no me digas, porque estás molesto, no saldremos de aquí. -Le aseguró.

Klaus sonrió con ironía, todo era por ella, pero no quería hacerle sentir mal. Así que decidió utilizar una mentira piadosa.

-Se trata de unos clientes, me preocupa que no los convenza la campaña. No puedo permitir, perder ninguna una campaña. -Explico.

-Nik eres él chico más creativo que conozco, esa campaña es tuya. Ni siquiera deberías dudar de ello. -Le aseguro, acariciando su mejilla cariñosa, Él rubio sonrió ante cumplido. Era increíble como una sola caricia de Caroline, podía cambiar su humor en segundos.

-Gracias amor. -Respondió, tomando su mano, y depositando un beso en sus nudillos.

-No lo diría si no fuera verdad. Cómo también estoy segura que serás el único jefe que tendremos en mucho tiempo. -Respondió segura- Ese puesto debió ser tuyo desde hace años.

Amor a segunda vista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora