Capítulo 2

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El sonido del timbre despertó a Caroline, quien se llevó las manos a la cabeza, debido al dolor agudo que sintió a causa de la reseca. De inmediato trato de orientar donde se encontraba, rápidamente noto que estaba en la habitación de su amigo, luego miro su ropa doblada en la esquina de la cama y miro bajo la manda que la cubría.

No recordaba, haberse cambiado, quien la ayudo fue su amigo, de inmediato comprendió.

El sonido de la regadera, le indico que klaus estaba dentro.

—¡Estan tocando! ¿Esperas a alguien? —cuestiono en un gritó

—No, ¿podrías ver quién es? —Pidió en grito también

Caroline se levantó, y fue directo a la puerta, antes de abrir miro por el picaporte, para ver de quién se trataba. Abrió de inmediato cuando vio que se trataba de una vecina, que había visto unas cuantas veces. Era nueva en el edificio. solo asomó la cabeza curiosa por saber, el motivo de su visita.

—Buenos dias, ¿Se encuentra klaus? —Cuestiono la rubia, sorprendida. No esperaba que alguien más abriera la puerta.

—Nik está en la ducha, ¿puedo ayudarte en algo? —Explico Caroline gentilmente.

—Solo quería un poco de azúcar, pero puedo volver después. —Respondió rápidamente, sin saber que otra cosa decir.

—No es necesario que vuelvas después, entra. —Explico mientras abría por completo la puerta, la rubia la miro de arriba abajo, analizando su atuendo. Una camisa que apenas y la cubría, el cabello desordenado y estaba descalza. —¿Sucede algo? —Cuestiono Caroline

—Nada. —Dijo entrando.

—¿Trajiste una taza para la azúcar? —Cuestiono Caroline.

—No, que distraída soy verdad. —Respondió con una sonrisa nerviosa

—Descuida...

—Camille.

—Lo siento, siempre olvidó los nombres. —Respondió mientras buscaba la en la alacena.

Klaus salió de la habitación, medio vestido solo con el pantalón, curioso por saber quién había tocado la puerta, fue directo a la cocina, donde vio a Caroline buscando algo en la despensa.

Le dió un beso en la mejilla como saludo, Caroline se sorprendió, no lo había escuchado llegar.

Camille observaba todo desde la sala, ya que desde ahí podía ver todo lo que ocurrió, ya se solo había una barra que dividía los espacios.

Se sintió un poco incómoda, y fuera de lugar, La forma en la que interactuaban ellos, y como estaban medio vestidos... Cualquiera pensaría que estaban juntos. Pero ella sabía que eran amigos, Klaus no dejo de hablar de ella en su cena. Se aferró a esa verdad apartando su incomodidad.

—Las Galletas están en otro estante. —Explico klaus, detrás de Caroline.

—Busco la azúcar Nik. —respondió Caroline, girando a verlo.

—Aqui está. —Respondió, entregadole la azúcar, que estaba un estante más arriba de donde ella buscaba—¿Planeas hacerme el desayuno? —Pregunto divertido, Caroline negó

—Muy gracioso, sabes que cocinar no se me da. Es para Camille, quiere un poco de azúcar. —Explico ahora buscando una taza.

—¿Esta haya fuera? —Cuestiono en voz baja.

—La hice pasar. —Respondió, klaus giro a la sala, y se sintió un idiota al no verla desde que salió de la habitación. La rubia miraba nerviosa por toda la estancia, intentaba no verse nerviosa.

Amor a segunda vista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora