Capítulo 7

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Klaus abrió los ojos debido a la luz que se filtraba por las cortinas, el pelo alboroto y rubio de Caroline, le hizo cosquillas en la nariz. Le acomodó el pelo, y la miro dormir, aferrada a él, su cabeza descansaba en su pecho, al igual que unas de sus manos. Sus cuerpos estaban totalmente enrollados. La sensación de la piel desnuda y tibia bajo las sábanas que los cubrían lo hizo sonreír.

Evocó la noche anterior. Todo había sido perfecto, en cuanto subieron a la cama, no hubo dudas, ni temores, Caroline solo se limitó a disfrutar. A diferencia de todos sus encuentros, está fue distinta a todas ellas. No hubo sexo salvaje como solía ser. Con una delicadeza que no sabía tenía hasta esa anoche, la hizo suya.

Caroline hizo un mohín adorable, mientras buscaba acomodarse más sobre el pecho de klaus, aún continuaba dormida. Se veía tan tierna y tan sexy a la vez. No logra creer que Caroline, pensara que él tenía sexo con ella, por una especie de favor. Si no le decía que tanto le gustaba, era porque ella le había dicho que quería que todo siguiera normal entre ellos.

Y al decirle estaría cruzando esa línea. Pero anoche fue clara, Caroline quería sentirse atractiva ante sus ojos, probablemente por mera vanidad. Klaus acarició con su pulgar la mejilla de la rubia, fue en ese instante que lo decidió. No repararía en decirle lo atractiva y especial que era para él, en cada momento que tuviera oportunidad.

La rubia abrió los ojos al sentir la mirada de klaus sobre ella, sonrió a la vez que elevó un poco su vista para verlo mejor.

—Buenos días solecito. —Saludo él en un susurro

—¿Cuántos llevas mirándome? —Cuestiono curiosa.

—No mucho, pero lo suficiente para admirar lo hermosa que eres dormida. —Admitió, la rubia no pudo ocultar su sonrisa ante el cumplido

—Algun motivo para ser extra lindo, ¿antes del desayuno? —Cuestionó divertida, subiendo sobre de él.

—Puede que solo gusté decirlo, y no haya más motivos que tú sonrisa. —Respondió acariciando su mejilla, Caroline se sonrojo al escuchar la respuesta.

—Tal vez te deje hacerlo.

—¿Que recuerdas exactamente de anoche? —cuestiono

—No mucho, solo que discutían tú, Lexi y Stefan. Luego todo se vuelve confuso, hasta que llegamos justo a esta cama.

—Entonces, si recuerdas todo lo que hicimos anoche.

—Si, y todo fue distinto pero sobre todo especial. No sé cómo explicarlo, pero me encantó.

—De eso se trataba. Quería que fuera especial. —Explico.

—¿Entonces...? No hay un poco más está mañana—Cuestiono coquetamente, klaus sonrió en respuesta.

—¿Es una invitación? —pregunto divertido.

—Yo diría que es un pase libre y exclusivo. —indico contra sus labios,

—Me gusta como suena eso—Aseguro, Caroline capturó sus labios, en un tierno pero sensual beso.

Este de la hizo girar sobre de él, quedando ahora klaus sobre de ella. Ambos se miraron a los ojos, y sonrieron felices.

Sus pechos cosquilleaban de alegría. Ninguno podía entender, porque todo se sentía tan natural y perfecto, cuando estaban así. Justo como ahora, entre sus brazos.

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Después del desayuno Bonnie propuso un picnic en el lago. Todos estuvieron a favor.

Las chicas fueron las más emocionadas al llegar al lago. Los chicos habían sido los encargados de ocuparse de todas las cosas para el picnic. Enzo se encargó de cargar la canasta, mientras Damon de llegar las bebidas. Habían tenido una pequeña discusión ya que Enzo decía llevar vino era lo indicado, mientras Damon solo quería llevar bourbon. Al final Enzo ganó, ya que todos los aperitivos que llevaban se disfrutaban con vino.

Amor a segunda vista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora