Mafia Hwang || Hyunin

Capítulo 1

Los golpes más los quejidos de dolor que aquel beta soltaba era lo único que se escuchaba en aquel solitario callejón.

Veía cómo la sangre salía de cada parte del cuerpo de aquel bastardo que osó jugar con él. Escuchaba sus súplicas para hacer que pararan, pero para Hyunjin simplemente eran un incentivo para decirle a sus trabajadores que lo hicieran más fuerte, más constante y con más ganas.

Inhaló el cigarrillo que tenía entre sus dedos para segundos después dejarlo caer al suelo mientras que pasaba la suela de su zapato por este mismo para apagarlo.

Estiró cada parte de su cuerpo mientras soltaba un suspiro aburrido por la irritante voz contraria. ¿Podría callarse de una maldita vez?

—Paren—. Habló fuertemente para después ver cómo aquellos alfas que tenía como subordinados le hacían caso.

Se acercó lentamente al cuerpo postrado en el sucio suelo mientras veía cómo luchaba aquel beta para mantener sus ojos abiertos. Su cuerpo temblaba a pesar del dolor que sentía y eso hacía que el alfa se sintiera superior, como lo que era realmente.

Cuando llegó por fin al cuerpo contrario, se bajó a su altura mientras que tomaba sus cabellos y los estrujaba entre su mano derecha para que alzara la vista y lo mirara a los ojos. Escuchó un quejido agudo salir de los labios de aquel hombre.

—¿En serio creíste que podrías salirte con la tuya?—Rió secamente mientras negaba—. ¿Te recuerdo quién soy?—

—L-Lo siento m-mucho, señor H-Hwang—. Habló entre quejidos entrecortados.

—¿Un jodido "lo siento" repondrá los miles de dólares que me debes, hijo de puta?—Agarró aún más fuerte los cabellos entre sus dedos—. Si te soy sincero, ese dinero ni siquiera lo necesito—. Sinceró—, pero no puedo permitir que me vean la cara de imbécil, ¿me entiendes?—Preguntó.

Al no escuchar ni una sola respuesta del hombre, gruñó fuertemente mientras que su olor a enojo salía por cada poro de su cuerpo. El cuerpo contrario tembló aún más y se encogió tenso en su lugar.

—Te he hecho una pregunta—. Habla entre dientes.

—L-Lo entiendo, s-señor—.Responde.

El alfa, un poco más contento con su respuesta, sonríe un poco, dejando ver esa engreída sonrisa que lo caracterizaba.

—Bien, quiero mi dinero para el fin de semana—. Declaró mientras lo soltaba fuertemente y hacía que su cabeza chocara contra la pared detrás de él.

Le importó muy poco el quejido de aquel hombre y el sonido de su cabeza rebotando entre la pared hacía el suelo. Solo sacudió su prolijo traje quitándole cualquier suciedad que pudo haberse posado sobre él.

Mira el reloj sobre su muñeca para ver que tenía exactamente 1 hora y 25 minutos para llegar a donde su amigo le había dicho para encontrase. Suspiró cansado mientras que miraba a los dos alfas que lo acompañaban.

—¿Eso era todo por hoy?—Preguntó hacia ellos.

—Sí, señor—. Respondieron ambos jóvenes al unísono.

Cuando asintió y quiso agregar algo más, el sonido chirriante de una puerta se hizo escuchar en ese horrible callejón. Sus ojos fueron directo hacia una puerta a unos metros de él y cuando vio a la persona salir de ahí, sintió todo su mundo dar una vuelta.

Un pequeño y resplandeciente cuerpo se hizo ver en ese horrible lugar. Un suave, pero dulce olor a caramelo inundó sus fosas nasales. Sus ojos brillaron viendo a ese omega que sacaba una pesada bolsa negra y la colocaba en uno de los contenedores de basura al final de ese lugar.