C.4: Roto

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|24 de enero del 2023|

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|24 de enero del 2023|

Alice estuvo toda la noche tratando de poner en orden las cartas que encontró. Para su fortuna, la mayoría tenía fechas, pero había otras que no. Supuso eran cartas que su jefe nunca envío por algún motivo o quizá el destinatario se las devolvió. Eso se le hacía muy triste.

Ya era la mañana siguiente. No había dormido casi nada y ahora tenía que prepararse para el trabajo. Así que sacó fuerzas de dónde no tenía y se levantó de la cama. Decidió que para despejar su mente iría a desayunar fuera. Así que se vistió y peino como normalmente hacía, pero de vez en cuando su vista se desviaba hacia la caja que yacía aún entre sus sábanas.

No había leído ninguna carta, pero la curiosidad la estaba matando. Así que antes de arrepentirse, se estiró y tomo la caja. De esta saco la primera carta y se sentó en su cama para leerla.

"20 de agosto del 2006.

Louis, ese es tu nombre. Aunque en un principio no tenía ni idea, te has encargado de dejármelo claro. Aun así todavía sigo llamándote Lewis porque me fascina ver cómo frunces la nariz y tus mejillas se sonrojan por enojo. Además, debo admitir que me encanta escucharte hablar con tu acento tan marcado, pero más que hablar, me gusta escucharte cantar.

Eres como un ángel, Louis. Y cada día que pasa robas más y más mi atención. Incluso sin hacer nada.

Quiero hablarte y ver que sucede porque hasta ahora solo he pasado por los pasillos y gritado "Lewis" y entonces tú volteas a verme con enojo. Esa es nuestra única interacción. Así que me animaré a hablarte mañana.

Quien sabe, si todo va bien hasta podría ser que algún día te enseñe está carta.

Nota: Han pasado dos años. Nunca te mostré esto".

Alice dejo la carta sobre la mesita de luz de su habitación y se puso a dar vueltas por todo el lugar. Leer la carta le dejo un sabor agridulce.

Le sorprendía saber que su jefe fuera tan romántico y más aún que estuviera enamorado de un chico. Eso le confirmaba que no sabía nada sobre él.

La historia que estaba leyendo le parecía fascinante aunque también sentía que estaba evadiendo la privacidad de su jefe y eso no le agradaba del todo, pero era tarde para arrepentimientos. Ahora que había entrado en aquella historia de amor no iba a dejarla por nada del mundo.

Tiene un millón de preguntas que lamentablemente tendrán que quedarse sin respuesta. Porque su jefe no  va a querer contestarlas. Solo le queda imaginar algunas cosas y seguir leyendo las cartas que contiene la caja.

Always you |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora