Louis y Harry hicieron una promesa que creyeron duraría para toda la vida, pero cuando uno de los dos la rompió todo se destruyo.
Ahora no quedan más que cenizas de ese amor, dos corazones rotos y algunas cartas que se esconden en el cajón de la ofi...
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|25 de enero del 2023|
Niall estaba bastante intranquilo desde que encontró a su mejor amigo en tan mal estado. Desde entonces no ha habido día en que lo deje solo a pesar de las súplicas del rizado, quien no es muy paciente y valora mucho su soledad. Al rubio le da todo igual, él quiere verlo bien y que esté tranquilo y si para ello tiene que cuidarlo como si se tratara de un niño pequeño, lo hará. Estaría para él como Harry siempre está para todos.
Por otro lado estaba Alice, quien no daba más de la curiosidad. Estuvo escuchando rumores de que su jefe se encontraba algo sensible últimamente. Y cuando Niall les pidio a todos los empleados que no molestaran a Harry, lo comprobó.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué el señor Styles estaba así? ¿Tendría algo que ver con Louis y las cartas?
No lo sabía, pero iba averiguarlo. Es por eso que cuando vio a cierto rubio salir de la oficina de Harry, le pidio que se acercara a ella.
—Alice, ¿necesitas algo? —consulto Niall con amabilidad.
—Señor Horan, disculpe la indiscreción, pero quisiera saber cómo se encuentra el señor Styles. Estoy preocupada —le comento. Estaba siendo sincera en eso.
Niall pareció pensar su respuesta, pero luego soltó un largo suspiro.
—Se que tú no dirás nada, confío en ti —murmuro el ojiazul—. La verdad es que hay un tema delicado que tiene a mí amigo muy mal. Ya no se que hacer, Alice. Sabes lo cerrado que es Harry. Ahora mismo intenta hacer como si nada, pero yo sé la verdad —confiesa. Está cansado de la terquedad del ojiverde.
—Yo... No debería estarle diciendo esto —comenzo a decir ella. Se detuvo al escuchar la puerta de la oficina de Harry siendo abierta.
El ojiverde apareció frente a ellos luciendo algo decaído. Los miro con sospecha.
—Hablamos luego, Alice —susurro Niall—. Vamos por tu café, Harry —le dijo y él mencionado lo siguió.
La pobre castaña tuvo que resignarse y esperar con paciencia a qué Niall pudiera hablar con ella. Cosa que sería muy complicada ahora que el rubio iba pegado a su jefe. Es como si él creyera que si dejaba a Harry solo por un momento, el ojiverde se rompería tal cristal.
Ella decidió no darle más vueltas al asunto y se concentro en su trabajo. No tenía muchas cosas que hacer, solo debía revisar la agenda de Styles y cancelar un par de reuniones que él tenía agendadas en el día, porque el rizado le había advertido que hoy no tenía ánimos de ver a nadie.
En sus quince minutos de descanso para almorzar, se topo con Zayn, quien le hizo compañía en la cafetería. El ojimiel le comento que había estado trabajando en algunas obras nuevas. Ella sabe que a él le fascina pintar en su tiempo libre.
—Si, he estado algo inspirado últimamente —confeso mirando el suelo. Una sonrisa se curvo en sus labios.
—Señor Malik, ¿acaso esa inspiración es debida a alguien especial? —le pregunto divertida.
