(17 años antes)
|23 de agosto del 2006|
Un joven Harry caminaba ansioso por los pasillos de la escuela. Iba en busca de cierto ojiazul que no podía salir de su mente desde que lo conoció. A pesar de que ya tuvieron pequeñas interacciones, al rizado le sigue causando curiosidad el más pequeño.
Ayer estaba decidido a hablarle a Louis, pero como nunca le dieron nervios y huyó de él. Pero hoy se sentía con más ganas y valentía. Tampoco tenía que hacer algo muy complejo, solo era acercarse, hablarle y caerle bien. Esto último si puede ser un poco complicado porque Louis tiene una muy mala impresión de él, pero se encargará de cambiar su opinión.
Se pasa toda la mañana y parte de la tarde tratando de calmar sus nervios. Hasta que Niall descubre que está intranquilo y le obliga a contarle lo que le sucede. Él accede a confesarle a su amigo lo que ronda por su mente y el rubio queda más que sorprendió al descubrir que Harry tiene a alguien en mente, pero decide animarlo a ir con Louis.
El rizado se llena de confianza y apenas el timbre suena indicando que es hora del almuerzo, sale en busca del ojiazul. No tiene ni idea de dónde buscarlo. Podría preguntarle a Liam, pero este último ha faltado a clases sin dar razón, cosa que tiene muy preocupado a cierto pelinegro. Pero ese es otro asunto.
Busca y busca sin parar, pero no logra encontrar a Louis. Se le ocurre que lo más sensato sería ir hasta la cafetería y esperarlo o ver si él ya está allí. Así que corre hacia el lugar y al llegar lo analiza. Sonríe al visualizar al mas pequeño en una mesa del fondo. Esta sentado junto a Michael Clifford y su grupo de amigos. Ellos le caen bien, pero aún así le da vergüenza acercarse. Niall lo ve desde su propia mesa y le hace señas para que vaya. Él niega con la cabeza y su amigo le susurra "cobarde".
—Maldito irlandés —murmura.
Toma aire y camina hacia la mesa en donde se encuentra Louis. Al llegar se queda parado por unos segundos y luego sigue de largo antes de que lo vean. O al menos lo intento.
—¡Harry! —lo llama el que reconoce como Luke Hemmings—. ¡Ven, amigo! —señala un asiento libre junto a Louis.
Se siente intimidado cuando todos voltean a verlo, en especial porque él lo está viendo. Decide aceptar y se sienta sin decir nada.
—Hola, chicos —dice intentando no sonar tan nervioso.
—Amigo, no te veía hace mucho tiempo —se queja Calum—. ¿Los exámenes te tienen ocupado?
—Bueno, mí mente ha estado algo ocupada últimamente —murmura—. ¿Qué hay de ustedes?
—Solo conversabamos con nuestro chico favorito —responde Ashton, señalando a Louis—. ¿Ustedes se conocen?
—Algo así —murmura Louis—. Hola de nuevo, Harold.
—Hola, Louis —le sonríe tímidamente. El ojiazul se sorprende al escucharlo decir su nombre correctamente.
—Me creerán loco, pero siento una vibra entre ustedes —dijo Mike riendo. Ninguno dijo nada.
Ashton captó la tensión y comenzó a hablar de otro tema. Harry le estuvo más que agradecido. Por un momento los cuatro amigos se quedaron enfrascados en su propia burbuja mientras que Louis y Harry se veían sin decir nada. El ojiverde supo que este era el momento correcto para hablar. No podía esperar más o se le escaparía.
—Louis... —murmuro. El nombrado lo miro con curiosidad—. Quiero disculparme por mí actitud infantil. Y me gustaría proponerte, si es que tu lo deseas, que comencemos de nuevo —dijo aguantando la respiración.
El de ojos azules lo miro con seriedad por unos segundos, pero poco a poco una sonrisa se curvo en sus labios.
—Esta bien —accedio—. Soy Louis Tomlinson —se presento como no había tenido la oportunidad de hacer—. Puede ser confuso, pero es Louis.
—Es un placer, Louis. Yo soy Harry Styles.
—Styles, te queda —dice viéndolo con una ligera sonrisa.
—Lo se —alardea el más alto—. A ti te quedan esos hermosos ojos que tienes —se ánimo a decir. Él castaño se sonrojo.
—Oye, aún no tenemos tanta confianza —murmuro Louis. El timbre sonó haciendo que todos se pusieran de pie—. Nos vemos, Harry.
El rizado sonrío y lo saludo con la mano. Luego se acercó corriendo a la mesa en donde sus amigos aún se encontraban. Les contó cómo le fue y ellos le dijeron que era un avance. Recordó la ausencia de Liam y consulto por él. Para su alivio Zayn respondió que ya había logrado comunicarse con él y que la razón por la que no estaba era porque tenía algo de fiebre y necesitaba descansar.
—Entonces, ¿Louis te gusta? —le pregunto el pelinegro sin rodeos.
—No, ¿cómo podría gustarme? Apenas lo conozco —responde con honestidad—, pero si puedo decirte que me atrae. Quiero conocerlo.
—Eso es lindo, Harry —dice Niall—. ¿Por qué no lo invitas a salir?
—¿No es muy pronto? No quiero quedar mal. Además, apenas y puedo hablarle.
—¡Ya se! —exclama Zayn—. Tienes que invitarlo al cumpleaños de Liam. Sera este fin de semana.
—Si, pero Liam no quería una fiesta, ¿o si? —cuestiono el rubio.
—Podemos hacerle una sorpresa. Así yo hago feliz a mí novio y Harry habla con Louis —dice el ojimiel sonriendo. Parece pensar su respuesta—. Digo mí... Amigo.
—Liam ya me contó —informo Niall—. Sabía que ocultaban algo. Pero estoy feliz por ustedes.
—Yo igual. Aunque me di cuenta hace mucho —confiesa Harry. Ambos abrazaron a su amigo y los tres se fueron a su salón.
El resto del día Harry se lo paso perdido en sus pensamientos. Quería encontrar una buena forma de invitar a Louis al cumpleaños de Liam, pero sabía que no podía hacerlo frente a frente, ya que él lo ponía nervioso.
Fue en clase de historia cuando finalmente se le ocurrió una brillante idea. Le escribiría una nota y la dejaría en su casillero sin que el castaño se diera cuenta.
No tenía ni idea de cómo comenzar. ¿Debía ser formal o casual?
Optó por escribir como si le hablara a un amigo, pero dejo en claro que no estaba obligado a asistir a la fiesta si no lo quería. Al terminar la nota fue corriendo a los casilleros y después de pensar un buen rato en cual era el correcto, lo encontró y deslizó la nota dentro de este. Luego huyó corriendo justo cuando el timbre que anunciaba la salida sonó.
Esperaría con ansias las respuesta.
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Always you |L.S|
FanficLouis y Harry hicieron una promesa que creyeron duraría para toda la vida, pero cuando uno de los dos la rompió todo se destruyo. Ahora no quedan más que cenizas de ese amor, dos corazones rotos y algunas cartas que se esconden en el cajón de la ofi...