Dexter
No queríamos recurrir a esto, de verdad que era la última opción en la extensa lista de posibilidades que pensamos para acercarnos a ella y saber la razón de tantas negativas.
Carajo, ninguna mujer nunca quebrantó mi autocontrol como Jenna Miller, esa hermosa pelinegra de ojos azules y cuerpo de infarto se adueñó de mis sueños y fantasías sexuales más perversas y depravadas.
No es normal imaginarla con dos coletas y una falda de colegiala, llamándome daddy mientras la penetro junto con mi hermano en cada espacio de la mansión que compartimos.
Estoy enfermo, por eso lo guardo bajo bajo llave de mi hermano mayor.
Daoíz también cayó en picada debido al encanto natural de Jenna, algo inédito tratándose de un corazón de hielo como lo es el mayor Darder.
El bastardo de Lexen está en nuestra mansión mientras abre una tienda de no sé qué junto a la panadería de su ex mujer, sabe donde vive y vió en varias oportunidades a los gemelos que resultan ser su viva copia.
Me sentí extraño al verlo soltar algunas lágrimas, parecía feliz y triste en partes iguales ¿Es así como se siente un padre alejado de sus hijos? Porque en lo personal no lo envidio para nada, supongo que la reacción de todo hombre fuerte e intimidante no variaría a la suya.
No me cae tan mal como antes, al menos lo soporto a unos metros sin ganas de matarlo, sigo resentido por interrumpir la cita con la mujer más bella del puto mundo.
Y que para colmo de males no quiere darnos una segunda oportunidad de arreglarlo, aunque bueno, supongo que es la primera vez que tres hombres la persiguen y ella se ve obligada a saltar un alambrado, tomar el transporte público e ignorar cada mensaje mío.
No analicé detenidamente ese factor, hasta yo negaría una cita si la primera sirvió de maratón en vez de cena.
La idea de seguirla fue efectiva no solo para Lexen, sino también para nosotros porque aprendimos mucho de la agenda diaria de nuestra Blancanieves.
Estoy perdido, ya le digo nuestra sin ser nada y también la nombré como a una princesa por su parecido ¿Eso no es encularse de verdad? Caí de cabeza, sin casco y hasta el mismísimo infierno, rompiendo con mi cabezota el cemento.
Estoy loco por ella, mi pene también porque cada noche se desespera por atención, misma que lamentablemente la consigue por medio de mi mano hasta que Jenna caiga en mis manos.
Obtener la atención de Jenna es difícil, y no por hacerse "rogar" sino por su valor, ella sabe lo que vale y aprecia más su tranquilidad mental al seguir soltera ¿Cómo no ir detrás de una mujer así? Es que esa seguridad es muy poco vista en la población femenina, más que nada porque atendien a los dichos de otros en vez de ser felices.
La quiero, y Daoíz comparte mis gustos ya que me obligó a seguir a Jenna a una heladería acompañada de los pequeños de Lexen.
- Hermano, me asusta en lo que nos convertimos - bajamos del auto y vamos rumbo a la pequeña heladería.
Me mira esperando a que siga, no es de muchas palabras.
- Seguirla es de locos, si ella lo sabe va a odiarnos y ahí sí que nos quedamos sin nada y hasta con una puta denuncia en nuestros escritorios - no me escucha, empuja la puerta transparente y se aproxima a la mesa.
-¿Quiénes son? - distingo a uno de ellos preguntarle a Jenna, ella perdió color y el helado que sostiene pasa a la mesa en cuanto Daoíz habla.
- Tenemos una cita con su madrina, niños - mierda, estoy que muero de ganas por probar esos labios discretamente pintados de rojo - Adelantemos la cena, señorita Miller - ubico dos sillas más a cada lado de Jenna, los niños están al frente, viéndonos fijamente con enojo.
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Rojo
Short StoryCONTIENE SPOILERS DE PUTA SINVERGÜENZA Jenna Miller sabe lo que es perder al amor de tu vida, ese hombre con el que se imaginó desde que era una niña; Jenna Miller lo tuvo, lo vivió y amó hasta que decidió que la amistad era más importante que el am...