Capitulo °X°

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Jenna

Intenté advertile a Dulce, de verdad que iba a decirle que uno de sus ex novios esta en la ciudad buscándola ¿Cómo es que lo olvidé? Por una sencilla razón, trabajar en las pastelerías y cuidar de los demonios ocupaba cada rincón de mi cabeza.

Agregando a ello a los malditos Darder.

Esos hombres insisten en una cena, y la verdad mi paciencia ya llegó a su punto culminante, no entienden que ahora mismo mi mente no está dispuesta a una relación.

Digamos que ambos hermanos insisten de forma diferente, Dexter me envía mensajes día de por medio para saber cómo estoy y Daoíz visita con mucha frecuencia a mi jefe en la empresa.

Odio que no diga nada, simplemente pasa de largo sin mirarme, pero sé que va ahí para presionarme a aceptar la bendiga cita.

Muchos pensarán que es una oportunidad única cenar con dos hombres muy apuestos y con una billetera lo suficientemente gorda como para comprar a una Miss Universo, pero ya caí en manos de uno así y el resultado fue la pérdida total de amor propio y autoestima.

Aprendí con Magnus Coleman que en la vida siempre hay que ponernos a nosotros en primer lugar, segundo y tercero.

Tal vez estoy exagerando un poco las cosas... No, todavía no es tiempo de una nueva relación, no me siento preparada y tampoco voy a forzarme a estarlo solo para salir con esos dos.

Soy más importante, soy mi primera prioridad y nadie va a cambiarlo, cometí el error de colocar a un hombre delante de mí y claramente que esa lección vivirá para siempre en mi mente.

Dulce ha estado un poco pesada en cuanto a mi vida amorosa, un día llegué justo a tiempo cuando tomó mi móvil sin permiso y redactó un mensaje que por suerte no fue enviada Dexter. La discusión que le siguió a eso fue muy fuerte, más que nada me enfadó el que haya intentado quebrantar mi privacidad sabiendo que es una de las cuestiones que más protejo.

Cuando las aguas se calmaron un poco más, conversamos sobre lo importante que es no intervenir en la vida de la otra si una no pide ayuda. Seré la primera en quebrantar esa promesa porque debo decirle que vi a Brock en el restaurante, cosa que haré en este mismo instante ya que por suerte me encuentro en la casa.

Por lo visto todavía no se vieron cara a cara, y es necesario decírselo ya mismo antes de llevarse la sorpresa de su vida.

- ¿Dulce? - bajo las escaleras con el móvil en manos, mi jefe me comentó que uno de los socios más importantes vendrá mañana en la mañana y es necesario que arregle su agenda para hoy en la noche.

Los gemelos fueron a la casa de unos amigos, hoy tienen una pijamada por lo que mi amiga aprovechó su ausencia para elaborar algunos postres nuevos, siempre que esos dos demonios están en la casa es imposible que una mínima porción no caigan sus bocas.

- ¡En la cocina! - y si, ahí está mi pelirroja favorita.

- Hay algo que debes saber - es mejor ir al punto porque me conozco, y sé que voy a desviarme en cuanto mi mente llegue hasta Saturno.

- ¿Y esa cara? Últimamente te noto bastante seria pero hoy luces un poco asustada - no tienes idea, amiga mía.

- Ví a Brock, Dulce - la sola mención de ese nombre provoca que los utensilios de pastelería caigan estrepitosamente al suelo - Estaba en el restaurante donde me cité con los Darder - voy a pasar por alto el hecho de que tuve que huir de los tres, no me gustaría que mi mejor amiga se ha encerrada por homicidio.

- ¿Estás loca, Jenna? Sé que hice mal en violar tu privacidad, pero no pensé que me la devolverías con una broma de tan mal gusto - sabía que no me creería a la primera, incluso para mí es un poco irreal el encontrarme a uno de sus ex novios en la otra punta del mundo.

RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora