Capítulo °XV°

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Jenna

Necesito horas y horas de preparación tanto física como mental siempre que saldré a algún evento importante como lo es la fiesta de esta noche. Honestamente mi negativa se debía a que ninguno de mis vestidos o zapatos serviría para una ocasión tan brillante como lo es la apertura de otro negocio de los hermanos Darder.

Y a la hora de ir de compras, es una tradición que mi mejor amiga deba ser mi asesora de modas, odiando el detalle de que tardo horas en elegir algo tan simple como los aretes o los accesorios para el cabello.

Mi mejor amiga ahora mismo está loca de amor por los tres hombres de su pasado, volvieron para recuperarla y siento que me apartaré tanto de ella como de mis amados demonios.

Me alegra saber que la mantuvieron presente todos estos años, que la buscaron y se preocuparon muchísimo tanto por su salud física como mental.

Volviendo a la ceremonia o baile de la noche, estoy frente a dos vestidos más que hermosos ¿Cómo elegir entre mi color favorito y el modelo que busqué en cada tienda? No sé, por eso estoy junto a la empleada de la tienda para seleccionar el correcto y no arrepentirme de mi decisión a la hora de ir con ambos hermanos.

El rojo es el que más llama mi atención, es largo con dos aberturas que llegan por encima del muslo casi descubriendo mis nalgas, la espalda es medianamente descubierta, algo que por suerte no se ve en el frente porque el escote es mínimo.

Es simple, con cortes en los lugares apropiados y sin ninguna pedrería o detalle de más.

- Es seda pura, señorita, por eso el costo del vestido - no miro los precios, el dinero que tengo es suficiente para comprar uno de diseñador gracias a los años en que ayudé a administrar las panaderías.

Dulce y yo iniciamos un negocio de la nada, tratamos de ahorrar cada centavo para que al final los resultados fueran los esperados y nada se salga de nuestras manos.

- Lo sé, es que el turquesa también es precioso - el dilema es ese, no es un vestido como tal, sino que de cerca es un enterito turquesa sin mangas y con escote en forma de corazón cuya parte superior resalta gracias a los brillos negros que la adornan.

¿Y si llevo ambos y me cambio en medio de la fiesta? Mi tentación a ello es tan grande, que al final veo el reloj que cuelga encima del espejo cuerpo completo para finalmente decidir.

- Llevaré ambos - lo peor es que acabo de empezar, todavía faltan los zapatos y accesorios.

Soy tan difícil para las compras que había días en que iba con las manos vacías porque nada de lo que encontraba se acercaba a lo que buscaba.

- Los Darder siempre se relacionan con personas de la misma capacidad económica que ellos - miro detrás de mi mientras le extiendo las prendas a la empleada.

No sé quién es ese hombre, pero la cámara que cuelga de su cuello no me da la mejor de las impresiones.

- Igual de soberbia que los hermanos - me dice cuando paso de largo sin contestarle.

No soy soberbia, mi sexto sentido grita a viva voz que olvide la existencia de este hombre.

- ¿Efectivo o tarjeta? - siento la presencia del hombre detrás de mi, no es la mejor sensación ser observada tan fijamente.

- Supongo que la señorita posee una American Express negra - estoy a nada de darle una cachetada por entrometido - Ser mujer de los hombres más poderosos del mundo brinda ciertas ventajas.

- Tarjeta - abro mi billetera y busco entre ellas mi tarjeta e identificación.

- ¿Jenna Miller? - tiene vista de águila, leyó mi nombre cuando la empleada apoyó la identificación en el mostrador - No recuerdo alguna familia poderosa con una integrante con ese nombre ¿Ahora se relacionan con don nadie?

RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora