Capítulo °XXV°

1.6K 203 12
                                    

Daoiz

Un mes desde que Jenna se unió a los dos como nuestra pareja.

Preparamos una grata sorpresa para conmemorar el primer mes, y es que esas cosas literalmente no son lo mío, pero Dexter luce extremadamente feliz por encontrar el regalo indicado para ella.

Siento que lo que deberíamos hacer es pedirle formalmente que sea nuestra novia, si bien ya no se aceptó en su vida eso no significa que seamos algo más, no hasta hacerlo oficial.

Seguimos paseando en el centro comercial, mi zona de confort sigue estando dentro de mi oficina o en la mansión que compartimos. Odio caminar entre tantas miradas, cámaras y susurros para nada discretos.

La gente chismosa me enferma, no encuentran un propósito a su vida y por eso intervienen en las ajenas.

Hay una persona en específico que ama meterse en nuestra intimidad familiar, y es que Magnus Coleman no entendió el mensaje que le di el mismo día de su boda. Ha intentado contactar a Jenna desde que nos fuimos de la celebración, afirmando existencia de segundas intenciones que ella nunca descubrió.

Gran parte de los correos electrónicos que en teoría deberían llegarle a su móvil, se desvían hacia mi oficina, y eso en vista de que el maldito reportero que destruyó parte de nuestra vida buscó una nueva noticia a costa de los Darder. Interferí en esa parte de su privacidad a pedido suyo, fue la propia Jenna Miller quien solicitó protección de sus datos privados en caso de que intenten hackearle.

Mis mejores técnicos y especialistas en software lograron evitar la maniobra que ella ya había predecido, y es que ese hombre vive de las desgracias que le causa a mi familia, por tal motivo no retrocedería en sus ambiciones por hallar más. Hace dos días se detectó un intento para iniciar sesión en otro dispositivo con el mismo correo electrónico de Jenna.

Solo que esa vez ella estaba sentada sobre mí en mi oficina mientras trabajábamos, por lo que inmediatamente precedimos a impedírselo.

Odio a los periodistas, son seres de mierda, basuras que apestan a kilómetros de distancia. Destruí a dos firmas hace unos años por herir a mi madre, ninguno esperó a que sea el propio médico de mi familia el que notificara la muerte de mi padre y hermano.

Todos expresaron su pésame en cada maldito canal de televisión, ninguno fue putamente honesto en medio de esos discursos bien escritos.

Mi madre se quebró por años, sufrió tanto la pérdida de mi padre y hermano que tuvimos que internarla en un psiquiátrico por unos meses.

Deseaba quitarse la vida.

Me prometí que esos hijos de puta no arruinarían nuestra vida, no lo permitiría.

- Daoiz - Dexter me frena al apoyar una mano en mi pecho para detener mi andar - Hermano, te estuve hablando ¿En qué piensas? - niego mirando el siguiente punto del centro comercial - Pensaba en comprarle maquillaje, es una mujer que acostumbra a arreglarse siempre para ir a trabajar.

Dexter es quien más atención le presta a los intereses de Jenna.

- Pensemos en algo para proponerle ser formalmente nuestra novia - sonríe a mi idea e inmediatamente llama a mi madre.

No escucho la conversación ya que se aleja de mi, camina distraídamente con el móvil en la oreja mientras observa algunas vidrieras.

Miro a las mujeres que vienen caminando hacia mi, una es especialmente conocida por ser la maldita ex novia que casi deja en la quiebra a Dexter.

A esa estafadora le tengo preparada una muy buena sorpresa. Su jugada casi derriba a mi hermano en el peor momento que vivía mi familia.

Llegó el ajuste de cuentas, y nadie va a evitarlo.

RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora