Capítulo °XXX°

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Jenna

La revisión del doctor concluyó con la compra de un hospital, y la contratación de los mejores médicos del país en cuestión de horas.

Cuando les pedí que no siguieran medidas exageradas luego de las palabras del doctor, literalmente llamaron a su abogado y contador frente a mí cara. La orden que les dieron ambos fueron claras, comprar al precio que sea un hospital de gran renombre.

Por Dios santísimo de todos los cielos ¡Fue solo un maldito esguince! La indicación a seguir era mantenerme quieta por al menos dos semanas, y es tanto porque estuve a punto de sufrir una fractura.

Puede que esté minimizando mi salud, estar a nada de sufrir una fractura en la rodilla es motivo para preocuparse y tomarse en serio las indicaciones, sin embargo creo que lo llevaron un poco demasiado lejos.

Para terminar de completarás la ya intrincada y exageradísima ecuación, Elizabeth decidió convertirse en algo muy parecido a una enfermera y un guardaespaldas, una fusión bastante extraña pero donde se pueden notar las diferencias.

Cura mis heridas y me ayuda a llegar al baño siempre que necesite ir. No permite que sus hijos sean demasiado cercanos con las demostraciones de afecto, se posiciona delante de ambos con la espalda recta y los brazos cruzados.

Pude distraer un poco la mente leyendo alguno que otro de los mensajes que mi hermana me envió hace unas horas, al estar tan ocupada prácticamente toda la noche y madrugada - ya se sabe con qué - no tuve tiempo de acercarme a mi móvil. Suerte para mí que tampoco lo olvidé en casa y que Dexter lo guardó en su bolsillo.

Quiere venir a visitarme para conocer cómo es mi nuevo departamento, aunque estoy al tanto de que dulce le informó el avance de mi vida amorosa, por lo que la verdadera razón por la que busca a su hermana después de un tiempo es para conocer a los hermanos.

Trabajó en el club junto con mi mejor amiga y conmigo durante algún tiempo, no le permití exceder más de los meses que acordamos porque sinceramente no quería que en el futuro su vida personal cayera en un pozo sin fondo por una simple decisión impulsiva.

Junté la mayor cantidad de dinero que pude para que se dedicara únicamente al estudio, causa que la orilló a intentar seguir el mismo ritmo de vida que su hermana mayor.

¿Permitirían que las malas decisiones de su hermana mayor le sirvieran de ejemplo? Fui rotundamente honesta al comunicarle que no todas están hechas para esa vida, que si ella alguna vez pensaba en unir su vida a la de un hombre o mujer, era inevitable que la prostitución no formara parte de la conversación.

Decidió que lo suyo era andar de trotamundos por cada país del planeta, en lugar de encerrarse en una habitación y aprender de memoria lo que decía un libro de medicina. La apoyé en su decisión porque su felicidad es igual de importante que una formación profesional.

- Háblame de tu hermana, querida - Elizabeth y yo estamos tomando té en el espacio de ensueño que ahora es mío.

- En realidad tengo dos - se sorprende por el dato - Una biológica y la otra no - entiende inmediatamente lo que quiero decir - Mi hermana sanguínea es muy amable, inocente e inteligente, sin mencionar que es tan bella como yo - sonreímos por mi egocentrismo - Es unos seis años menor que yo, siempre.fuimos muy unidas, casi como gemelas.

Somos una familia pequeña, mi madre nos alejó a ambas por conocer que vendíamos nuestros cuerpos; la llegada de su novio solo terminó por anular el escaso contacto que mantenía con mi hermana.

- Me encantaría conocerla, seguro es igual de encantadora que tú - no tardará mucho en hacerlo, menos cuando le diga que estaré en un hospital.

Va a culpar a los hermanos.

RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora