weird & virg*n - 2yeon

Cinco

Nayeon se levantó de golpe, abriendo los ojos y escaneando la habitación. ¡Este no era su cuarto!

Tampoco parecía ser el de Lisa..

La noche anterior había estado bebiendo.. Luego de hablar con Lisa había tomado su auto y..

Cuando observó a Jeongyeon a su lado, se tranquilizó. La rubia dormitaba suavemente allí, su brazo estaba envuelto en la cintura de Nayeon y eso provocó un leve rubor en las mejillas de la castaña trás notarlo.
Jeongyeon seguía sin camisa y traía únicamente sus boxers puestos.

Entonces recordó todo lo que había pasado anoche.

Se inclinó levemente sobre su rostro, observando sus rosados labios entreabiertos suspirar con tranquilidad absoluta. Era demasiado guapa..

¿Cómo lograba pasar desapercibida entre el campus?

Sus facciones eran bastante delicadas y parecía un muñequito con su cabello corto, le gustaba como le quedaba el uniforme universitario también, parecía un personaje sacado de un kdrama.

Estaba por atrapar sus labios en un ligero beso, cuando Jeongyeon abrió los ojos.

Nayeon se apartó enseguida, llevándose un gran susto.

Se bajó rápidamente de la cama y fue allí cuando observó un feo escenario.

Habían cinco envoltorios de preservativos.. ¿Tantos?

Fue entonces cuando escuchó sus caderas crujir trás un brusco movimiento..

Jeongyeon rápidamente corrió ayudarla.—¿E-estás bien?—Su voz sonaba un poco ronca, tampoco le importó mucho estar sin camiseta frente a Nayeon, su preocupación parecía genuina, ya que tomó a Nayeon pronto de la cadera, haciéndola sentarse de nuevo en la orilla de la cama.—Iré por un medicamento. —No tardó mucho en regresar de la cocina con un vaso de agua y una pildora para el dolor muscular.

Nayeon se sorprendió un poco al ver como la rubia le daba ella misma la pildora acompañada del agua, mientras se arrodillaba frente a ella. —Te prepararé algo para desayunar, ¿Quieres ir a tomar un baño primero?—Nayeon asintió, se sentía un poco cohibida, ya que no era su casa, no quería ser una molestia.

Claramente no lo era.

Jeongyeon sacó de su armario algo de su ropa y una toalla, junto con otros instrumentos de limpieza, un cepillo de dientes, pasta dental y corrió al tocador para calentar el agua para la mayor.—Aquí tienes todo, si necesitas algo no dudes en pedírmelo.

—De acuerdo.—Nayeon se levantó de su lugar, se dio cuenta de la diferencia de altura entre ambas y como el dorso de Jeongyeon ahora estaba adornado de varios chupetones con marcas de mordidas. Jeongyeon rodeó su cintura una vez más, tomándola de imprevisto y la cargó con facilidad hasta el tocador de su habitación.

—Yo usaré el otro baño.—Susurró con suavidad dejándola en la tina. Estaba por irse cuando Nayeon le sostuvo del antebrazo, para luego atraerla a ella y besar suavemente sus labios.

La más alta tardó un poco en corresponder con la misma intensidad, llevando por inercia nuevamente sus manos a su cintura, sosteniendo a la mayor de esta con firmeza, detalle que provocó que la contraria sonriera entre besos. —Eres algo extraña.. me gusta.—Musitó sobre los labios de la rubia para luego comenzar a desvestirse.

Las mejillas de Jeongyeon se ruborizaron al verla completamente desnuda sumergirse en el agua tibia de la tina.

Retrocedió rápidamente para salir del tocador y darle su privacidad.

Tomó un baño rápido, a diferencia de la castaña, quién se tomó una eternidad.

Cuando Nayeon terminó de usar la secadora y vestirse con una de las camisas olgadas de la rubia, encontró a esta última en la cocina.