Seis

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Tal vez pronto cambiaría radicalmente de comportamiento y aparecería de forma repentina en su puerta, de pronto un poco ebria, tal vez, quizás, puede que si, o sólo estaba buscando esperanzas a las cuáles aferrarse en vano.

Rascó su nunca, se retiró los lentes y salió del navegador de su teléfono.

Leer manhwa no hacía que Im abandonará sus pensamientos.

¿Había hecho algo mal?

Venirse adentro no había sido idea de ella.

Pero como podría saberlo, si no recibió ningún tipo de confrontación.

Y ya era casi un mes en que Nayeon sólo le dirigía una que otra mirada en la hora del almuerzo.

Últimamente no era capaz de concentrarme en los exámenes, había reprobado ya dos materias, podía recuperarlas pero no era capaz de concentrarse en nada, todo el día ida pensando en ella.

Hasta que un día no lo soporto más y le contó a Seulgi, después de que la morena le jurara como cinco veces no contarle a nadie.

Finalmente explotó.

Necesitaba un consejo, no quería que todo acabará allí.

Seulgi se quedó procesandólo alrededor de tres minutos sin darle respuesta.—¿Hablas en serio? Si Lisa se entera..

—¡Juraste no decirle a nadie!—Exclamó escandalizada.

Seulgi levantó las manos en señal de derrota.-Bien, bien, bien, no le diré a nadie, pero, dime..-Sus labios se levantaron en una sonrisa pervertida.-¿Es tan buena como dicen?

Jeongyeon la miró seria.—¿Qué es lo que dicen sobre ella?

—Pues una vez oí que a una chica la hizo correrse tan fuerte que se desmayó, era su tercer orgasmo.—Se encogió de hombros, sin estar muy segura.

Jeongyeon permanecía pensativa pero no respondió.

—Ya que estás un poco triste deberías salir a distraerte, divertirte.—Sugirió la de ojos gatunos.—Hay una fiesta mañana en casa de Irene.

—¿Piensas ir? ¿No se suponen que se separaron? ¿No se te torna un tanto incómodo?

Negó, con una sonrisa triunfadora.—Obviamente ella espera que vaya, o no hubiese invitado a Lisa, es mi oportunidad.—Alzó una ceja coqueta.—Mañana tendré sexo, de reconciliación que es mucho mejor.

Jeongyeon se rió.—No creo que puedas ponerla si te pones como siempre.

—Me mantendré sobria, lo juro.

—Esta bien, iré, solo pasaré un rato para luego llevarte a alcohólicos anónimos.. necesitas una seria desintoxicación de hígado.

-—¿Lo prometes?

—Obviamente.

Y como siempre los juramentos no son más que lindo adornos en nuestras palabras, por eso al día siguiente cuando cayó la noche. Seulgi ya iba por su tercera botella de tequila, observaba a Irene desde la otra esquina sentada sobre las piernas de uno de los jugadores de béisbol del campus.

Le gustaban deportistas.

Podía organizar un campeonato con todos los tipos que había salido luego de dejar a Seulgi.

La morena no corría ni en las actividades de recreación que realizaban como una vez casi dos meses en el campus, pero estaba pensando en comenzar a practicar algún deporte si Joohyun no regresaba con ella.

Jeongyeon había permanecido tomando uno que otro shot, Bae había contratado un buen barman así que estuvo toda la noche probando distintos tipos de tragos sin saber muy bien qué estos luego de un rato no la dejarían en buen estado si quería regresar a su casa conduciendo.

No era de tomar, lo que era aún peor.

Pero una voz en su cabeza no dejaba de repetirle a la castaña una y otra vez, haciéndole creer que nunca sería lo suficientemente buena para conservar a una chica de su calibre.

A lo largo de la noche, cuando estuvo lo suficiente borracha para bailar sin ningún tipo de inseguridad, se levantó de su asiento y pronto se reunió con sus amigas en el centro de la casa dónde se hallaba el epicentro del apogeo.

Una cosa llevo a la otra y cuando menos se dió cuenta estaba en uno de los baños encerrada con una chica que ni siquiera sabía como se llamaba.

Wonyoung sonrió, realmente complacida al verla bajarse la cremallera de su pantalón para lugar sacar su pene ya duro, tomar asiento sobre la tasa del inodoro y ordenarle que la montara.

Su pene era bastante grueso, es por eso que le gustaban los bichos raros, siempre tenían un buen haz bajo la manga.

En este caso, estaba disfrutando realmente, montandóla y sintiendo los dientes de la rubia enterrarse alrededor de sus clavículas, sus labios suaves y húmedos, chupando y succionado su piel bruscamente.

Era demasiado buena.

Estaba apunto de venirse cuando ambas se alarmaron tras oír unos fuertes golpes en la puerta.

Tal vez era un imbécil borracho, intentando buscar dónde vaciar su vejiga.

Wonyoung intentó continuar pero Jeongyeon parecía haber regresado a sus cincos sentidos, trato de besarla, cuando esta vez los golpes fueron más recurrentes y fuertes. Si no abrían, alguien tumbaria la maldita puerta.

La chica se levantó, comenzando a ponerse su ropa interior cuando la puerta fue abierta,usando las llaves de repuesto y una enfurecida castaña se ubicó frente a ambas.

Mierda.

Antes de que pudiera decir algo se abalanzó sobre ella, aplastandola para comenzar a golpearla.

Jeongyeon ya estaba arreglada, por suerte pudo reaccionar rápido para alzar a Nayeon de la cintura y separarlas.

—¿Que demonios te sucede?—Gritó la otra chica, ajena a la discusión de la rubia y la castaña.

Nayeon estaba tan enojada, que la más alta sentía que en cualquier momento iba librarse de sus brazos, volver a lanzarse sobre la otra y no iba poder evitarlo. Como pudo cargó a nayeon afuera de la casa a trompicones, luchando con la mayor, sintiendo sus suaves puños impactar contra su espalda.—¡Bájame o te arrepentirás!—Amenazó extasiada.

Pero Jeongyeon no le prestó atención hasta que estuvieron en su auto, activó el seguro y volteó a verla, esperando una buena explicación.

—No me diriges la palabra hace días, y ahora esto, la golpeaste, muy fuerte, podría intentar levantar cargos, Nayeon, eres una modelo podría dañar tu imágen y...—No pudo continuar porque Nayeon atrapó su boca, besándola fuerte. Como si le hubiese extrañado de días, o eso quería pensar.

Se dejó llevar, comenzando a besarla con la misma intensidad y hurgando bajo su minifalda, sus manos deslizándose por sus cremosos muslos. Pero cuando Nayeon intentó avanzar, Jeongyeon capturó sus muñecas.

En un descuido se había quitado la corbata de su uniforme y ahora las enrredaba en sus muñecas para atarlas a su espalda, provocando que por inercia Nayeon la mirara incomprendida.

—Te daré una lección por ignorarme.

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weird & virg*n - 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora