Al día siguiente Jeongyeon caminaba por los pasillos, dirigiéndose a su casillero con algunos libros, no podía evitar sentir varias miradas puestas sobre ella, su ansiedad era un desastre desde lo sucedido en la fiesta en casa de Lisa.
Tal vez estaba un poco nerviosa con todo este asunto y con que no había visto a Nayeon en toda la mañana, se supone que hoy era su primer día en el campus, pero ni siquiera se le había cruzado durante el almuerzo, ni en la cafetería pareció haberla visto, vió a Jennie junto con Lisa, pero no vió rastro de su prima cerca.
Eso le hacía sentir como sí fuese avecinarse algo malo.
Debía bajar la guardia y agradecer a los dioses por no haberla cruzado en su camino ese día, no sabía con que cara iba verla a los ojos cuando volvieran a cruzarse.
Y como sí de una broma del guionista se tratara, cuando terminó de acomodar su último libro sobre los demás y cerró su casillero, ahí estaba la castaña, recostada sobre el siguiente, mirándole seriamente, pero a la vez con un extraño y juguetón brillo en sus ojos.
Había encontrado una nueva mascota.
—A ti te estaba buscando.—Se inclinó suavemente sobre el rostro de la rubia, haciéndole flaquear las rodillas. Su alma ya había descendido a las profundidades y ahora le observaba boquiabierta como sí se tratase de un fantasma. Nayeon sonrió complacida.—¿No crees que debemos arreglar un asunto tu y yo?
Jeongyeon parpadeó saliendo de su trance. Sus mejillas ardían de sobremanera.—¡C-claro, lo que, lo que tú digas! ¿Q-que puedo hacer por ti?—Musitó casi temblando, había sido una fortuna haber podido completar sus oraciones.
Nayeon le jaló de la muñeca y en menos de nada, le estaba arrastrando con ella para conducirla a un punto apartado de los ojos de alguien más en la universidad, detrás de la biblioteca, halló un gran escondite. Serviría por el momento.
—De acuerdo, voy a empezar, si no quieres o te rehúsas a hacer lo que te propongo, lo dejamos hasta aquí y voy con la policía y le enseñó este hermoso video que saqué de las cámaras de seguridad, así que piensa bien antes de rechazarme. No estoy muy relacionada con el rechazo, no querrás hacerme enojar.—Por supuesto que no, Jeongyeon al tanto de que era casi como una niña caprichosa, Nayeon le amenazó ferozmente enseñándole una tarjeta de memoria.
¿Le estaba estorcionando?
¿Cómo estaba segura de sí ese era el verdadero contenido de esa memoria?
Nayeon pareció darse cuenta de que Jeongyeon divagaba sobre lo que dijo y le ofreció la memoria.—Tengo más copias de esto, si es que dudas, puedes observarlo por ti misma, además lo que te pediré es en realidad muy sencillo, nada fuera de este mundo.
Jeongyeon frunció el entrecejo, agachando la mirada un tanto cohibida. Tenía miedo. Se arrepentía tanto por haberse metido en esa situación ella solita.
Si le enseñaba esa grabación a alguien más quedaría arruinada. Si llegaba al ojo de los medios, si se enteraran sus padres..
Quedaría como una completa pervertida. ¡Nadie tenía esa impresión de ella!
Debía aceptar..
Pero no sé fiaba mucho de aquella chica.. había algo que le decía que no era de fiar.
Asintió como pudo, tragandóse sus nervios secamente. Sus rodillas casi flaqueaban sintiendo la mirada firme de la castaña sobre ella.
Nayeon sonrió ampliamente. Eso era. —Buena chica.
Lo siguiente que hizo fue arrodillarse frente a Jeongyeon, provocando que sus ojos se abrieran como platos y sus mejillas se pintaran de un intenso rojizo.—¿Q-que es-s lo que ha-haces?—Tartamudeó entre jadeos sintiendo como bajaba el cierre de su pantalón. Hurgando entre su ropa interior.

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weird & virg*n - 2yeon
Fanfiction❝Videojuegos, manhwas y comida enlatada, nunca solía salir de su habitación y dejar la consola, claro, antes de ingresar a la universidad. Al principio, Jeongyeon creyó que conseguir amigos en la universidad había sido lo mejor que le había podido p...