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— ¿Nini?

El mencionado parpadeó desviando su mirada con un leve sonrojo, se levantó para volver pero en eso el pelirosa tiró de su brazo, haciendo que por accidente cayera encima de él y sus rostros quedarán a pocos centímetros de tocarse.

Se apartaron cada uno con el rostro sonrojado y evitaron mirarse ante lo anterior pero el primero en reír fue Sunoo, cosa que confundió un poco al otro que no se molestó en disimular por la cara que puso.

— ¿Qué?

Revoloteó sus pestañas momentáneamente, se quedó observando los ojos oscuros del otro y solo le dió una sonrisa ladeada, negando ante su pregunta porque ese día le había servido mucho para pensar las cosas y ayudarlo a pensar en lo que haría quizás en un futuro cercano.

— Nada.— sacudió su cabeza.

Se levantaron y sacudieron sus ropas para quitar el exceso de tierra que había en sus pantalones, sus miradas se volvieron a cruzar estando tan cerca del otro y cuando pensaron que dirían o harían algo más, unas tres abejas llegaron hasta ellos y no tuvieron de otra más que correr a toda la rapidez que sus piernas les permitieron hasta que llegaron al árbol.

— Pensé que me iban a picar.— se dejó caer en el mantel boca abajo.

— Yo también.— se lanzó encima de él, sacándole un quejido por lo brusco que fue.

— Hyung..— pataleo para que se quitará de encima pero en cambio, Sunoo se acomodó mejor— ¡Hyung!

— Llorón.— le dió un ligero zape antes de sentarse a un lado para ver el atardecer junto a él— Fue un buen día.

— Si..— susurró al viento, observando el paisaje.

Sus manos se tocaron por un breve momento pero no le tomaron mucha importancia ante la vista que tenían frente a ellos. Sunoo la del sol ocultándose entre las montañas y Ni-ki la del ángel a su lado.

— Es muy hermoso.— susurró con una bonita sonrisa, observando con apreciación y admiración el paisaje.

— Si... Lo es.— murmuró mirando al novio de su vecino como si estuviera hipnotizado.

Sus dedos se rozaron momentáneamente, giraron sus rostros para percatarse de lo cerca que estaban del otro nuevamente a escasos centímetros. Sus labios hormiguearon por lo que querían hacer pero fue en ese entonces que Ni-ki apartó su mirada de la del mayor y se puso de pie, le extendió su mano al chico para poder regresar a sus hogares antes de que anocheciera.

Sunoo se quedó perdido nuevamente entre sus pensamientos mientras iban de regreso, se mordió su labio inferior y decidió hablar una vez del día y Ni-ki lo escuchaba en silencio.

— Gracias por aceptar venir conmigo, Nini.— se mordió su labio inferior a lo que decidió detenerse por un momento estando un poco alejados del campo.

— Gracias a tí por invitarme.

— Tenía tiempo sin venir aquí.

— También yo pero al menos podrás venir con Sunghoon hyung cuando..— el pelirosa dejo de escuchar después de eso.

— Tal vez no.

— ¿Y eso?— se giró con algo de sorpresa pero no la mostró.

— No le gusta salir fuera de la ciudad.— se excusa.

— Pero debería aceptar venir al menos una vez así como usted lo acompaña a donde él quiera.— aclara su garganta.

— Lo sé. S-solo..— suspiró— Olvídalo.— decidió dejar el tema de lado.

𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora