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Los días iban pasando y consigo también los meses, el pelirosa llevaba tres meses con dos semanas saliendo con Sunghoon y el chico era tan introvertido al estar en público pero una vez paso una semana de relación, fue teniendo más confianza, comenzó a ser él mismo y a Sunoo le encantaba lo detallista, cariñoso, tierno y educado que era.

Su madre lo había conocido solo para evitar que se sintiera menos en la vida de su hijo y a decir verdad, Sunghoon le cayó bien pero eso no quitaba el hecho de que habían notado el cambio radical en Ni-ki desde hace unos meses.

La mujer estaba algo triste porque detrás de esa expresión cálida que el chico japonés le brindaba a su hijo, lograba ver lo dolido que estaba muy en el fondo aunque obviamente no lo dijera.

Ese día su hijo iba a salir con sus amigos y se extrañó al no ver a cierto rubio por ninguna parte, solo sonrió cuando vio a su niño irse y regresaría más tarde.

Por otra parte, Ni-ki se despidió educadamente de la señora del mercado que ignoró su cortesía y solo lo vio con indiferencia ya que a ella como a la mayoría de los adultos, le parecía gracioso y patético la falsa ética de los jóvenes y el hecho de que un chico hiciera tal cosa le era insignificante ya que a su parecer, solo era un chiquillo problemático sin duda alguna.

Pero Ni-ki solo era un chico indirectamente rechazado que no le dió importancia a su falta de educación y se dirigió a la salida para regresar a su hogar.

En cuanto salió, divisó a Sunoo junto a su grupo de amigos y su novio pasar enfrente de él.

Iban en direcciones opuestas pero eso nunca evitaría que los chicos lo reconocieran y él se apresuró en cruzar la calle para no tener nada que ver con ellos.

— Sunoo, ¿Ese lo es tu "amigo"?— hizo comillas con sus dedos.

— Si..— respondió apenas, con la mirada perdida en el chico que estaba casi desapareciendo de su vista.

— Ni te saludo.— se burló uno.

— Ya, debe ser que le tiene miedo a la gente.

— Quizás no lo vio por que ustedes andan atravesados.— supuso otro.

— ¿Atravesados?

— Ese carajo nos vio.— uno codeó a Heeseung divertido— Solo se hizo el loco.

— Bueno, no estamos aquí para destruir a un niño.— artículo Geonu, negando repetidas veces con una sonrisa ladina.

Sunoo se mordió su labio inferior, cabizbajo ante la idea de que el chico lo estuviera evitando por que sentía que eso es lo que estaba haciendo. Pero no le agradó la forma en la que sus amigos hablaban de él.

El pelinegro reapareció a su lado para pasar un brazo por encima de su hombro y poder llamar su atención.

— Hey, solo están bromeando.— dijo con una sonrisa ladina.

— Si, es cierto.— contesta Heeseung.

— Yo no. Ese niño me cae mal.— dijo uno de ellos, a lo que Geonu le dió un zape para que cerrara la boca.

Suspiró ignorando las palabras de los chicos por ahora. Iría a la casa de Ni-ki el día siguiente de seguro o quizás más tarde antes de irse a su casa. Su mamá no se molestaría porque más bien le había insistido en que fuera a verlo pero él se negó ya que tenía cosas que hacer y ese día salió con Sunghoon al parque.

Se sentía un mal amigo pero el comportamiento del chico lo estaba matando lentamente.

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Se despidió de su novio con un beso en su mejilla pero con lo que no contaba es que éste iba a insistirle en ir con él a ver a su menor como si Ni-ki fuera una especie de psicópata o algo por el estilo. Pero terminó aceptando por que no quería tener una discusión con él por algo tan insignificante como eso.

Tocaron la puerta un par de veces y llamaron, las puertas, ventanas y cortinas de las mismas estaban cerradas pero tenía esperanza en que Ni-ki estuviera ya que él dejaba así la casa cuando estaba para que la gente pensará que no había nadie y se fueran a molestar a otra parte.

— Creo que no está.— concluyó Sunghoon después de estar tres minutos parado en la puerta.

— Que raro.

— ¿Porque?

— Él me dice si va a salir para..— "que no tenga que esperar y me daría una hora y fecha exactas para cuando podía ir a verlo o simplemente él iba a mi casa" quiso decir pero se contuvo por que sentía que Ni-ki lo estaba excluyendo de su vida.

Solo suspiró con pesadez y restregó su rostro, el pelinegro se acercó hasta él y se ofreció en llevarlo a su casa. Le dió una última mirada a la casa de su amigo y asintió para ir junto a él a su hogar.

Mientras tanto, Ni-ki los veía alejarse desde la ventana con él rostro hinchado y solo rodó los ojos por que había estado durmiendo tranquilamente después de pasar noches sin dormir bien.

Si Sunoo de verdad lo quería ver, hubiera esperado cinco minutos sin falta pero está vez se fue antes de tiempo.

Era como un código que tenían entre ellos dos pero eso era antes por que todo se hubiera ido al caño desde hace tiempo.

Se dejo caer en su cama con cansancio, su frente ardía al igual que todo su cuerpo.

Oh, quizás no había reconciliado su sueño de la noche a la mañana solo porque estaba cansado, sino porque también tenía algo de fiebre.

Pero estaba más cansado que enfermo y por ello se envolvió entre sus cobijas calentitas pero su teléfono sonó a un lado y se sorprendió un poco al ver que era una llamada entrante de Jungwon, su compañero de clases y terapeuta personal y no del todo gratuito.

— ¿Hola?

¿Te tomaste tu medicamento?

Yeees.

Eso sonó más falso que la relación que tuve a los seis años. Dime la verdad ¿Si o no? Se que no estabas hecho papilla hoy solo por cansancio, retrasado.

Y ahí iba de nuevo el Jungwon madre soltera y sin oficio que le llama para regañarlo como si él tuviera la culpa de enfermarse por comerse una sardina caducada.

Alguien que le aviente un hombre a Jungwon para que lo distraiga.

— Como sea. No te he llamado solo para insultarte por tonto y anormal.— aclara su garganta— También quiero saber si quieres salir conmigo y dos chicos más el próximo fin de semana.

Se lo pensó un momento pero terminó aceptando ya que su mamá estará más emocionada que él por salir y no solo para comprar en el mercado.

Aunque seguramente iba a chillar antes de darle cinco dólares para que se comiera al menos una dona.

— ¡Nishimura pendejo Ni-ki del antro!

— Si, voy a ir pero nada de-..

Tarde, porque voy a ir con mi futuro esposo y él va a invitar a alguien.

— ¿Entonces que hago yo ahí?

Mi mamita cree que voy a salir con amigos y tiene sospechas de que él y yo tenemos algo.. Así que me va a dejar ir si vamos con más personas.

— Como sea.— rodó los ojos antes de colgar la llamada.

Sabía que Yang Jungwon no lo llamaba así porque si. Es por eso que no era un terapeuta gratuito. Su tiempo también tenía un costo.

𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora