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El rubio parpadeó un par de veces confundido pero terminó asintiendo sin pensárselo dos veces por que siempre le diría a Sunoo que sí así le pidiera que se tirará de un edificio.

— Bueno... A decir verdad, son dos.— desvío su mirada y soltó sus manos con un leve sonrojo.

Ni-ki lo analizó discretamente: jugaba con sus manos, se mordía su labio inferior como si quisiera hacerlo sangrar, no lo miraba a los ojos; lo que indicaba que estaba nervioso.

Pero ¿Qué podía ser?

Ooooh. ¿Será que...? Ahhhhh.

"Okey, contrólate Nishimura Riki." Se dijo a sí mismo.

Según lo que había leído en todas esas historias, los comportamientos de su hyung querían decir que le iba a pedir algo que era muy importante para él y confiaba en su persona como para pedirle un pequeño besito seguramente.

No.

Siiii.

Nooooooooo.

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

— ¿Y qué es?— trató de mostrarse lo más neutralmente posible.

Si, había visto muchas series con su madre de seguro.

— Pues... Primero que nada necesito que me prestes tus colores, marcadores, tizas y crayones para hacer un trabajo.— dijo con una sonrisa tímida.

— Está bien.— soltó detenidamente pero algo confundido por eso más no quiso preguntar.

— Y... Q-quiero tu opinión sobre un tema.— se movió ligeramente incómodo sobre el colchón.

— Okey.

— Bueno, ¿Qué harías si una persona te besa de repente? ¿O que crees que signifique eso para tí?

Abrió y cerró su boca repetidas veces, sin saber que decir porque eso no era lo que esperaba para tanto suspenso que creo su mente pero bueno.

— Le preguntaría a esa persona el motivo por el que lo hizo, pero si se comporta bien tal vez sospecharía que le gusto.— concluyó, evadiendo los ojos curiosos e interesados del mayor.

Escucho un ruido de celebración bajo de parte del más bajo, por lo que lo miró para encontrar a un feliz Sunoo. Alzó una de sus cejas con la intención de averiguar lo que pasaba y fue el otro quien se apresuró en calmarse para decirle lo que pasaba.

— Verás, no quise decirte esto ayer porque todavía estaba ocupado analizándolo pero..— relamió sus labios con una sonrisa tonta que era acompañada por un sonrojo leve— Ayer Sunghoon me dio un beso y...— luego de eso, dejó de escuchar con claridad y solo asintió con una sonrisa ladina que escondía otro significado detrás.

Su corazón no podía estar más roto que ahora.

Él siempre quiso ser el primero en la vida de su hyung pero por lo visto, solo era el segundo por que el primer lugar era de Sunghoon sin duda alguna.

Observó el como sus ojitos miel brillaban cuando le narraba detalladamente lo ocurrido y el como se sintió mientras abrazaba sus piernas, apoyando su espalda en la cama.

"Si tu eres feliz, entonces también lo seré solo por tí."

— Pero... ¿Crees que yo le guste enserio, Nini? Quizás lo hizo por qué sintió el impulso, ¿Verdad?

Quería romper las ilusiones de su sunshine para que dejara de fijarse en su vecino, puede ser que Hoon fuera uno de los chicos más lindos y populares solo por su belleza y educación. Pero él era quien mejor lo conocía, sabía lo que le gustaba, lo que no le gustaba, lo que le aterraba o lo que quería hacer en un futuro.

Soltó un suspiro resignado, sacudió su cabello exhausto de sentirse tan desolado y abandonado antes de alzar su rostro para responder a su pregunta, ya que Sunoo se mantuvo con sus bonitos y rosados labios abultados al no obtener respuesta.

— Si, creo que le debes gustar, Sunoo.

— ¿Enserio lo crees? Es que no quiero hacerme ilusiones y esperanzas falsas... No quiero que el primer chico que me bese y me gusta me haga hacerme sentir molido emocionalmente.— atinó a decir, con una sonrisa ladeada.

"Entonces creo que no soy el mejor para aconsejarte en esto."

— No te preocupes, porque si ese idiota hace algo que no debe, me encargaré yo mismo de meterlo en una caja llena de piedras y lanzarlo en el océano Pacífico.

El pelirosa rió esta vez más cómodo para negar divertido, golpeó levemente su hombro entre risas cortas.

— Se que eres capaz.— acusó— Pero quiero confesarle mis sentimientos.

— Muy bien, ¿Cuando piensas hacerlo?

Pensó un breve momento, cerrando sus ojos pensar pero a decir verdad, necesitaba de la ayuda de su amigo para hacer eso.

— Pues, no lo sé.

— ¿Entonces cómo piensas confesarte?— se aguantó una carcajada.

— ¡Ni-ki!— golpeó su hombro y soltó un bufido— Bueno, quería hacer algo pero no se si sería buena idea.

— ¿Me dices tú idea?

— Está bien, pero no te rías. Se que puede ser algo cursi pero... Quiero hacer una carta.— murmuró ligeramente avergonzado de su elección.

Pero si de algo estaba seguro, es de que no estaba dispuesto a pasar la peor humillación de su vida si el chico de lunares lo rechazaba delante de tanta gente.

Y sabía que Ni-ki tenía buenas ideas para ayudarlo a redactar algo no tan cursi o empalagoso.

— Está bien, te puedo ayudar si eso es lo que necesitas.— asintió con una mueca que Sunoo pasó por alto.

— ¡Gracias!— se lanzó encima de él para dejar varios besos esparcidos por su rostro— ¡Ya regresó!— exclamó con entusiasmo, bajando las escaleras de manera apresurada para buscar su mochila ya que había traído lo necesario para hacer la carta.

El rubio soltó un suspiro pesado. Su oportunidad de que Sunoo y él pudieran estar juntos en el futuro cada vez eran más lejanas.

Sunghoon se le había adelantado de nuevo, él tendría que verlos ser felices juntos y fingir estar bien con ello cuando no era así en el fondo.

— Hey, ¿Estás ahí, bebé?— chasqueó sus dedos repetidas veces delante del distraído chico que se encontraba con la mirada perdida en la nada.

Sacudió su cabeza para espantar las ganas de llorar de tristeza que tenía en ese preciso momento.

— S-si, solo estoy así por-...

— Que estás cansado por haber dormido menos de seis horas.— asintió— Te he dicho que es mejor que dejes de pensar demasiado. Luego te cuesta dormir en la noche y te sientes más cansado que de costumbre.— le recrimina con una mirada fulminante.

— Ya entendí, mamá.— rodó los ojos divertido.

Se sentaron en el suelo para comenzar con la tarea de hacer la bendita carta en el menor tiempo posible. Sunoo le decía lo que quería expresar pero se terminaba enredando y se tiraba en el suelo haciendo un reproche ya sintiendo que mi para confesar sus sentimientos servía.

— Ay, Ni-ki. No puedo hacer esto.— lloriqueo.

El mencionado rodó los ojos y tomó el pedazo de papel que sería el borrador de lo que iban a escribir pero lo único que habían eran garabatos y marcas de lápices. Le entregó la hoja para luego aclarar su garganta.

— Voy a ayudarte con esto.

— ¿Como?

— Se lo que sientes por él, así que lo voy a redactar de la forma más clara posible para que el tonto entienda.

Sunoo asintió al comprender, se reincorporó para mirarlo con una sonrisa cálida.

Esa que tanto apretaba el corazón del menor cada vez que veía sus ojitos miel brillar.

𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora