5. No Me Agradas

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La reciente favorita Hurrem había sido brutalmente golpeada por la primera mujer del sultán, Mahidevran, madre del pequeño Mustafá.

Intentaron mantener el asunto como un secreto pero rodeado de un harén de chismosas, la situación habrá llegado hasta oídos del rey Fernando probablemente. Aún así se les prohibió hablar del tema. Mahidevran había perdido su embarazo y culpó a Hurrem de ello debido a sus celos.

Cuan inteligente había sido la chica de cabellos de fuego al dejarse golpear hasta desfigarse el rostro, nunca se levantó en contra de la madre del príncipe aunque podía, ella sacó ventaja de la situación para así quedar como la víctima y atraer la atención de su sultán, y que el odio y la vergüenza cayeran solo a una mujer, la violenta Mahidevran.

Esos juegos a Ibrahim le causaron algo de gracia, pero le irritaba el hecho de que todo lo hiciera para envolverse de brazos con Solimán. Mahidevran reaccionó de mala forma y ahora todos habían salido perdiendo.

Hurrem descansaba en los aposentos de el sultán, parecía que el hombre había quedado encantado con ella, como una mujer frágil a la que Solimán debía mantener en una cajita protegiéndola de todos los que le querían hacer daño.

Siempre ella estaba quería estar todo el tiempo con el sultán, estar en sus aposentos, cenar con él, dormir con él. Llegó a un punto que irritaba a Ibrahim, quiso pensar que era porque al ser Solimán su mejor amigo, no estaba acostumbrado a que otra mujer ocupara del todo su atención, ni siquiera la misma Mahidevran.

Ibrahim le tenía un gran cariño y lealtad a Solimán, no podría pensar en ella de otra forma.

No le agradaba el rumbo que la situación estaba tomando.

Es decir, hace semanas había estado totalmente encantado con Alexandra pero ahora tenía a Hurrem creyéndose la sultana de sultanas, se volvió arrogante.

Fastidiosa.

Entonces ahí la volvió a encontrar, su rostro estaba envuelto por las manos de Solimán acariciando con suavidad sus mejillas sonrojadas.

Qué escena más... Disgustosa.

Solimán iba de camino a una junta en la que la presencia de Ibrahim no era requerida, entonces en cuanto sus ojos se encontraron con los de su mejor amigo, el más alto habló

—Oh, Ibrahim, más tarde necesito que vengas para resolver algunos temas de la próxima campaña.

Ibrahim le sonrió y le hizo una reverencia, por supuesto que iría, entonces sin más el sultán se marchó dejando a Hurrem parada viéndolo marcharse.

Apenas su silueta desapareció, ella volteó a verlo matándolo con la mirada. Qué rara.

—¿Qué pasa? ¿Tienes algún problema?—Preguntó confundido.

—Sí, sí tengo un problema.

¿Qué diablos ocurría con ella?

—Veo que te pasas mucho tiempo con el sultán, ¿no te parece?

—El sultán es como mi hermano, mi mejor amigo, soy su sirviente. —Respondió de mala gana, por supuesto que una conversación con Hurrem siempre era bienvenida pero no si el tema principal fuera otro hombre. —¿Qué ocurre contigo?

—Te interpones entre el sultán y yo. Eso es lo que pasa.

Sumbul Aga tenía razón, está chica era una completa lunática, en parte y muuuy en el fondo quizás tenía razón, ¡Pero no! Solimán era como su hermano de sangre.

No me agradas Ibrahim, mantente lejos.

—Conoce tu lugar señorita, tampoco olvides de dónde vienes, ni tú clase.

De repente toda fascinación por esa chica se esfumó, uh, era definitivamente la mujer más irritante con la que pudo cruzar dos palabras en toda su vida.

A él tampoco le agradaba Hurrem.

Los Dilemas Del Amor [Hurrem x Ibrahim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora