Los Dilemas Del Amor [Hurrem x Ibrahim]

2. Danza Peligrosa

En cuanto cayó la noche, el sultán se sentó en su trono disfrutando las delicias que los cocineros prepararon exclusivamente para él, mientras tomaba una copa de vino y también le compartía cada tanto a su compañero que yacía parado a un lado de él.

Esa noche era especial, el sultán lanzaría el pañuelo a una de las jóvenes después de la danza. El pañuelo morado simbolizaba poder, lujuria y deseo, básicamente, era una invitación a vivir una noche de pasión junto con el gran sultán. Sueño de toda concubina.

De repente las puertas se abrieron de par en par, entraron seis chicas con hermosos vestidos, todas cubriendo su rostro con su brazo y una tela caída de su manga.

El corazón de Ibrahim casi dio un vuelco al reconocer a la joven Alexandra, estaba tan linda. Bailaba al compás de las otras chicas en sintonía, seductoras, dedicándoles miradas tímidas al sultán, algunas más coquetas, todas sacando su mayor potencial para ver quien sería la afortunada de todo esto.

Hasta ahora nadie había captado por completo la atención del sultán.

Eso pensó Ibrahim, en cuanto el espectáculo había terminado con todas las chicas en el suelo. Más parecía que tenían entretenimiento extra...

Alexandra se levantó de su lugar al compas de la música que empezó a sonar nuevamente para mostrar un poco más de su acto, fue inesperado. Ella sonría con inocencia, incluso su baile era extrañamente inocente, intentaba sacar su lado más seductor pero a la vista su baile era divertido, con movimientos coquetos sí, pero se veía su ingenuidad y pureza en ellos.

Era una rara chica, con una danza peligrosa.

Pero sabía captar la atención de cualquier hombre, y no nos estamos refiriendo al mismo sultán.

Ibrahim estaba flechado viéndola bailar, relajando su expresión con solo ver su rostro cálido, sus ojos color jade, cómplices siguiendo la mirada del hombre a su lado, a quien le dedicó una mirada de reojo.

¡Momento! ¿Realmente era capaz de mirar con otros ojos a alguna de las mujeres del sultán? Podrían cortar su cabeza solo por eso, no podía olvidarlo, Alexandra era propiedad de su mejor amigo.

Y le tuvo más que claro en el momento que el pañuelo morado fue dirigido a la linda chica pelirroja que acababa de terminar su presentación. Ella fue invitada a la cama de el sultán.

Eso le provocó un trago amargo.