Aprender a decir No.

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- Papá! Papi puedo ir ?

- Claro hijo vamos ...

Mauro había cargado a Uriel en el auto y salió rumbo al súper mercado. Tiago Estaba en esos días dónde con solo una mirada hacia que se le pusieran los bellos de punta, tenía antojos por todo, peleaba y chillaba a cada rato

Mauro reviso la lista de compras una vez más, asegurándose de que tiene todo lo que necesita. Uriel le sigue por detrás, sosteniéndo su pantalón mientras mira cuidadosamente y fascinado por ese pasillo.

Sus hermosos ojos verdes se vuelven emocionados al ver lo que hay en el siguiente pasillo. Las galletas y dulces, pasillo favorito de ambos mellizos.

Antes de que Mauro pueda procesar lo que pasa, el pequeño Uriel está corriendo rápidamente y como sus pequeñas piernas pueden hasta las galletas. Mauro suspira estaba llevando muchas cosas para la fiesta de cumpleaños de los mellizos, estaba ancioso debido a que al día siguiente el tenía gira y no podría llevarlo. Tiago había decidido que no ya que el debía trabajar y además no se sentía bien con el nuevo bebé.

La lista decía todo menos esas galletas oreos que su hijo estaba llenando en su pequeño brazo para llevarse. A veces él y Valentín comían dulces y se ponían bravos.

Lit ríe cuando su hijo se da cuenta que sus bracitos son muy pequeños para llevar muchas bolsas, tanto que solo carga con tres cajas.

- Papii, quiero todas estas!

Definitivamente si el llevaba todo eso los niños no dormirían en toda la noche.
Levanta una de las cajas y la pone en el carro, Uriel sonríe espectante para que meta las otras.

- Ve a poner las otras de vuelta, solo necesitamos una. - le mira serio para que su hijo no haga berrinche. Gran error.

Uriel pisa fuerte.
- Pero las quiero todas! - chilla fuerte tratando de contener sus lágrimas.

- Uriel no necesitas todas las galletas solo llevaremos estás, adentro traen tres bolsas de oreos.

- No! No papá! Las quiero todas!

- Uriel Monzón! ¡No necesitas todas esas galletas! - le hablo severo viendo a su hijo con sus ojitos llenos de lágrimas.

- P.. pero las las quiero papi... - chilla comenzando a sorber su nariz y temblar su labio. Mauro casi llora con él, al oírlo gritar y llorar.

Definitivamente se había convertido en esa clase persona molesta con un niño llorando en la tienda y sin poder controlarlo.

- Uriel mi bebé deja de llorar por favor... - susurra alzandolo y el niño solo pataleaba.

- Papá malo! Malo malo!

Uriel tenía la carita de Tiago lo cual lo convertía en su debilidad, no podía decirle que no a su hijo.
Lo peor es que Tiago le daría una charla después de esto sobre como decir que no.

- Okey okey llevaremos las galletas... - Mauro pone rápidamente las dos cajas que tenía el pequeño y las había tirado al piso en el carrito.
Uriel deja de llorar instantáneamente y chilla aplaudiendo y sigue su paseo por la tienda.

Mauro suspira debía convertiste en mejor padre definitivamente y no llorar cuando su hijo lo hace. Cuando llegaron a la caja a pagar, Uriel miraba fijamente que pasaran las cajas de otros porque eso era primero que todo.

Cuando llegaron a casa, si pequeño corrió a los brazos de su hermano mostrándole las galletas.

- No me digas... no pudiste decirle que no. - baja Tiago con una sonrisa juzgadora a su hombre.

Mi Legado~ Litiago : 3°libro De Arde La Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora