Todo había comenzado a ir bastante bien en la vida de Mauro y Tiago.
Juntos criaban a sus hijos, tenían aventuras y debían lidiar en sus travesuras.
Pero mauro ve en peligro a su familia, cuando alguien del pasado llega a meterse en sus vidas.
Ter...
Había pasado una semana desde que no veíamos a Mauro, el estaba de gira por Europa, con su banda y Duki.
A veces los niños lo llamaban por el celular y charlaban durante horas hasta que se dignaban a darme mí celular así poder mandarle saludos a mi amor.
Había Sido difícil hacer lo habitual, primero tratar de levantar mis dos amores, cambiarlos, hacerles el desayuno mientras yo me vestía para ir al trabajo y de paso llevarlos al kinder.
Por suerte María y Jrei los recogían, se hacían cargo de ellos hasta la tarde cuando yo salía de mis clases y pasaba a buscarlos. Valentín siempre feliz, me contaba que jugaban mucho e incluso el Tío JRei les enseñaba a tocar el teclado. Y había comprado unos columpios para ellos.
Ese finde semana había invitado a Fmk, Emilia y Big para que vayan a comer asique estaba cocinando. Ellos traería el asado y harían todos juntos.
— Chicos por favor levanten sus juguetes.
— Papi verdad que vendrá tío Enzo?
— Si Uriel va a venir tu tío Enzo con Paulo. — le levanta en brazos y limpia su boca que tenía chocolate.
— Papi, Uriel no me ayuda es un niño consentido... — se cruza de brazos Valentín.
— Uriel ayuda a tu hermano, siempre debes hacer caso, sino que dirá tu papá eh? — lo baja para que vaya a ayudar, mientras el saca del horno unos panes que había hecho.
Narradora
Había pasado varias cosas en estos días, sus náuseas aumentaron y trataba de tomar vitaminas. Asíque siempre trataba de tranquilizar a Mauro de que estaba bien. Pero sinceramente el embarazo no lo estaba llevando bien, mareos era lo mínimo que padecía.
— Mierda! Me olvidé de ir por el postre!
— Papi dame la plata yo iré — Valentín sonríe y Tiago lo mira no convencido — papá soy un niño grande! Además la señora que le pediste el postre está en la otra cuadra.
— Está bien pero ve con tu hermano.
— No! Uriel es muy le yo y se distrae con todo! No quiero!
Uriel llega con su peluche que le dió su papá lit y hace puchero. — Hermano no me quieres?
— No es eso, solo digo que... — los ojitos de Uriel se llenaron de lágrimas — ya está bien, vamos juntos.
Tiago vio la eacena y negó sonriendo, su hijo es un manipulador con su hermano y su papá. Les dió el dinero y lea dijo que vengan con cuidado, bueno vivían en un Country que podria pasar?.
Los pequeños Monzón caminaban a paso igualado hasta que Uriel se iba quedando atrás.
— Anda Uri! Apúrate!
— Dame la mano valen.
— No! Nos van a ver! Ya eres un niño grande apura... — caminaba y al ver que Uriel caminaba más lento, se molesta — Aashh eres un niño consentido! Ya listo.. — lo toma de la mano y lo apura mientras van caminando.
Llegaron a la casa de la señora que le hizo el postre, pagaron y volvieron con la bolsa con mucho cuidado.
— Valentín crees que papá nos extrañe?
— Si nos extraña Uri, por eso siempre nos llama.
— Recuerdas a papá Coscu?
Los dos se quedaron en silencio y Valentín se detuvo, mirando a su hermano.
— Si lo recuerdo Uriel, porque preguntas por el?
— Nose, esque antes estaba mucho tiempo y nos divertíamos y ahora ya no, y papá Mau ya no está tanto tiempo.
Valentín deja la bolsa en el piso y se acerca a su hermanito. — Papá Mauro trabaja de cantante, el es nuestro verdadero papá, papá Coscu solo nos cuido un tiempo hasta que llegara nuestro papá de verdad.
— Lose valen, amo a mi papá Mau pero solo digo que a veces extraño a papa Coscu. Nos hacía jugar.
— Y extrañas como era nuestro papi Titi? Recuerdas como era él cuando Coscu estaba cerca? Estaba triste y a veces lloraba. Uriel está bien que extrañes, pero no extrañes algo solo porque eso te falta... Nuestros papás ahora nos dan amor.
El pequeño asiente obediente a su hermano cuando ven a un hombre acercarse.
— Ustedes son hijos de Mauro Monzón?
Valentín tomó la mano de su hermano y miro mal al hombre. — A usted que le importa.
— Solo pregunto, soy amigo de él, ademas me lo confirmaste, tienes esa misma mirada.
Los niños se hacen a un lado para seguir caminando con la bolsa.
— Niños vengan los acercó a su casa.
— No gracias, estámos a un par de casas de la nuestra..
— Vengan, yo iba a ver a su papi Tiago.
— Te dijeron que no... Los niños no quieren ir con vos, deja de joder dale.. — se acerca un tipo rubio, que Uriel se emociono rápido.
— Tío Paulo! — corrió a sus brazos.
El hombre miro al rubio y ambos enfrentaron miradas. Paulo los identificó rápidamente y se hizo una nota mental, pondría hombres a custodiar la casa de Tiago.
Subió a los niños a su auto y llegó a la casa ya que Enzo lo había invitado también, porque iban a hacer un asado. Que bueno que se había detenido a ver alos niños.
— Papi llegamos! Tío Paulo nos trajo... — grita valen y deja el postre en la mesa, ya estaban todos en la casa, mejor dicho en el patio poniendo para el asado y Tiago entra sonriendo.
— Ya me había comenzado a preocupar jajaja qué bueno hijos — mira a Paulo y deja ir a los niños — que pasa amigo te veo serio.
— Tiago no quiero asustarte, pero te pondré vigilancia... Un hombre estaba hablando con los niños y no tengo la menor duda de que pertenecia a la banda del negro.
El menor se sorprendió y mordió su labio nervioso y suspiro.
— Gracias, si por favor, más que nada por los niños... Yo sé defenderme tranquilo. No le digas a mauro.
— Bueno pero si pasa otra cosa, lo llamaré.
— No soy una persona débil Paulo, pero si necesito que los niños estén protegidos... — se acerca a la puerta y la cierra con seguro. — Mauro debió terminar con todos ellos.
— Bueno, en ese entonces el seguía preso y pasaba un luto, el tuyo. Ahora no se quiere meter con ellos pero si ellos vienen por venganza el tendrá que actuar. — Paulo lo mira preocupado — y tú estás esperando un niño recuerdas?
— Puedo con todo esto tranquilo bien?... Recuerda que era un agente de la interpol — Tiago sonríe y toma su hombro — Además, Mauro y yo criamos bien a los niños, se que son inteligentes y no son capaces de defenderse, pero les enseñe a manejar un arma. Con dos padres como agentes es obvio que algo les iba a enseñar, no los tendré en la ignorancia.
Paulo asiente suspirando un poco más tranquilo y lo abraza — Vamos a comer asado!
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