6. Acorralados

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Ella me sacaba de quicio y lo peor es que ni siquiera tenía que esforzarse para ello

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Ella me sacaba de quicio y lo peor es que ni siquiera tenía que esforzarse para ello.

Desde que era una niña jodia todo el tiempo y ahora que ha crecido jode el doble y con mejor estrategia.

Bajé de mi auto y entré a la casa de mis padres.

La primera que me recibió fue Lya corriendo a mí y posando sus patas en mi abdomen mientras ladraba emocionada. Dashiell estaba recostado en el sofá con un bowl de palomitas sobre el abdomen mientras veía una película en el computador con Lennia.

Lennia era la hija de la tía Fanny, la mejor amiga de mamá.

—¡Kaleb! —chilló Lennia al verme.

—Hola, pequeña —saludé y me acerqué a revolver su cabellera dorada.

—¿Para mí no hay saludo? —espetó Dashiell llevándose un puñado de palomitas a la boca.

—Hola a ti también —le tiré un cojín a la cara y pasé de largo—. ¿Y Dareck?

—¡En su habitación! —exclamó Dashiell a lo lejos.

Cómo lo supuse mamá estaba en la cocina, seguramente intentaba hacer algún platillo cómo tanto le encantaba. Tenía cierta obsesión con aquello que no le salía bien. Cocinar, por ejemplo.

Papá estaba sentado en un banco frente a la barra viendo como mamá intentaba hornear un pastel. Sus ojos viajaban con cada movimiento que mamá hacia y su mirada brillaba en cada segundo que estaba

—Esta mierda no sirve —masculló mamá molesta, sin darse cuenta de mi presencia. No decía malas palabras cerca de nosotros y me causaba gracia como lo ocultaba.

—Tan fina como siempre —se burló papá.

—Me alegra saber que no pierdes el espíritu cocinero —comenté entrando por completo a la cocina.

—¡Kaleb! —sonrió mamá y con entusiasmo vino a abrazarme—, tenía tanto sin verte...

—Estuvo aquí hace dos días —alegó papá haciendo un mohín.

Reí y me dejé apretujar por mamá, el abrazo terminó y tomé asiento al lado de mi padre, mamá siguió en lo suyo y de vez en cuando peleaba con nosotros cuando tratábamos de corregirla en algo del pastel.

—Dile a Dareck que baje —me pidió mamá.

Salí de la cocina y subí las escaleras en busca de mi hermano menor. Cuando llegué a su habitación, que estaba al lado de la de Dashiell, toqué un par de veces, pero el sonido de la guitarra eléctrica era más fuerte que mis toques, él no iba a escucharme así que opté por abrir la puerta y entrar.

Dareck estaba de espaldas sentado sobre la alfombra, mientras ajustaba algunas cuerdas de su guitarra. Su cabello castaño era lo único que se podía apreciar sobre su ropa negra.

Verdad (Saga CM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora