II

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Para Daniel Park, la vida no le había favorecido ni en lo económico como social ni en el amor. Enamorarse de aquella persona que te insultaba e ignoraba era realmente doloroso, su mayor error y su mayor bendicion fue enamorarse de Ji-Seok Woo, no solo fue su apariencia si no que fue su primer encuentro.

Él, después de una de las tantas palizas que Logan le aplicaba cada día, se encontraba tirado en la cancha de fútbol de la preparatoria, la lluvia caía y daba señales del comienzo de una tormenta, sus fuerzas eran nulas por lo que no podía levantarse y buscar refugio. Entonces ahí es donde entraba la bella mujer de ojos azules, parada en toda su gloria lo miraba desde arriba con paragua en mano, cubriéndolo del aguacero, la sola imagen calentó su corazón y rostro, había alguien que se preocupaba por él.

¿Estas vivo? Si es así, vete, no quiero lidiar con la policía por encontrar un cadáver en la cancha.

Tras decir eso se marchó olvidando el objeto que la cubría de la lluvia torrencial. Desde ese instante el corazón de Daniel Park latió desenfrenadamente cada vez que veía o se pronunciaba el nombre de su salvadora, corría tras ella como si de un perro se tratase y esperaba fielmente una orden, que normalmente era quedarse en silencio y vigilar que nadie osara a interrumpir su sueño.
Sin embrago, desgraciadamente tanto para él como para los seguidores de ella, se les fue notificado su traslado a otra escuela, desde ese momento sus días se volvieron aun más oscuros hasta que, por sucesos desastrosos y humillantes, pudo transferirse al instituto en el que su salvadora asistía.

Con el corazón latiendo a mil se adentro a las instalaciones, su confianza estaba al tope junto a su sonrisa que sin saberlo hacia babear a las adolescentes, se sentía bien, sentía que podía conquistar el mundo entero ahora con su nuevo cuerpo que para su fortuna era realmente guapo.

'Ji-Seok...solo espérame, conquistarte tu corazón y juntos viviremos en una linda casa con un amplio jardín, tendremos hijos y los veremos crecer juntos.'

Ante el pensamiento de aquel acto libidinoso sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso, la fantasía de tener a la mujer de sus sueños debajo de él gimiendo su nombre con tanta pasión lo hizo ir a las nubes.

Oh pobre ingenuo, se inscribió en el departamento equivocado.

[★★★★★★★★]

—¿Escuchaste? Hoy llego una nueva transferencia al departamento de Moda, dicen que es un Dios griego. Nada más llegar peleó con Zack Lee.

—¿De verdad?

Los susurros arruinaron la siesta de Woo, por lo que golpeando sus palmas contra la mesa salió refunfuñando en dirección a los baños, necesitaba urgentemente sentir el humo del tabaco en sus pulmones y sistema. Al pasar por el dpto. de Arquitectura y diseño de interiores fue jalada de un brazo y privada de sus palos cancerígenos, el responsable no era nada más ni nada menos que Eun Tae Lee, mejor conocido como Vasco, un adolescente que creía ingenuamente en los superhéroes y que, con total dedicación, defendía a los débiles de los bravucones con el fin de acabar con los malos, una ternurita.

—...

—Esto produce cáncer, deberías de dejarlos...

Y tras esas palabras dio inicio al habitual discurso sobre las malas decisiones y un montón de cosas que la chica de cabellos cortos nunca se interesaba por escuchar. Mientras los presentes se unían a la charla, la muchacha sacaba de los bolsillos de su pantalón un cigarro electrónico y aspiraba el tan anhelado humo tóxico para posteriormente con sus labios formar un círculo y expulsar una nube de la misma figura en dirección al cerebro de la pandilla, que inmediatamente comenzó a toser al no estar acostumbrado al troxico olor.

—¡Jace! ¿Estas bien?

Al ver que su secuestrador dejo de prestarle atención, rápidamente y con una sonrisa burlona le arrebató la caja de cigarrillos al musculoso hombre y huyó velozmente de la escena, dejando nuevamente a los del departamento asombrados por su velocidad, era bien sabido, desde que se integró, que la resistencia y velocidad de la chica de ojos azules era sobrehumana, lo que le favorecia a la hora de escapar de los profesores o desaparecer de las escenas.

—Ingenuos...

Sin darse un cuerpo se interpuso en su huida, provocando que ambos cuerpos colisionaran acabando en una comprometedora posición, el desconocido se encontraba arriba de la fémina con ambos brazos al lado de su cabeza y su rodilla derecha conectaba directamente con aquella íntima zona baja de la mujer provocando un suave jadeo por parte de esta, al intentar levantarse Ji-Seok causa que sus labios se conecten.

—¡!

Ni un segundo más ni uno menos se separa rápidamente del desconocido que parecía estar en otro mundo, posiblemente en shock.

—Fijate, idiota.

Se alejo aliviada de que el pasillo estuviera vacío, no quería que por un estúpido accidente la escuela entera esparciera rumores sobre ella, los rumores eran interesantes pero molestos de escuchar si se repetían muchas veces.

[★★★★★★★★]

'Ella... era ella y me beso...¡Ji-Seok me beso!'

Reaccionando tarde el muchacho busco a la mencionada obteniendo un resultado negativo, su corazón antes fervoroso ahora se encontraba frío y desanimado, a quien tanto buscaba desapareció en un destello. Su estado de depresión fue observado por Jay Hong quien inmediatamente mando a investigar a la adolescente.

—Joven maestro, tengo la información que me pidió...

Entregando una carpeta con cinco hojas llenas de actividades, datos y ubicaciones de la de cabellos cortos.

—Estudió en una escuela pública con una pésima reputación por mera rebeldía al parecer, su padre es abogado y su madre psicóloga judicial, ambos regresarán mañana por la tarde. Según excompañeros, era testigo del acoso que sufrieron sus compañeros, no hizo nada por ayudarlos y de vez en cuando se burlaba de ellos. Fuma y bebé alcohol, desde los nueve ha participado en carreras de distancia y obstáculos, su velocidad es increíble casi superando la de un auto, lo dejo luego del hundimiento del Ferry Sewol, en el que fue pasajera, fue una forma de protesta ante la negligencia de la tripulación, su agencia, que era la misma dueña del Ferry Sewol decayó hasta que dejaron de recibir a atletas y cerró ese mismo año.

—...

El rubio llevo la copa a sus labios y dio un amargo trago, había escuchado sobre aquella desgracia y compadeció a la de ojos azules.

Indiferente [Lookism]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora