Catástrofe [Gally y tu]

Capítulo Tres

"Dad, i'm alone, cause this house don't feel like home.
Mother, i know, that you're tired of being alone.
Hold on to me".
Unsteady - X Ambassadors

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Capítulo Tres

Desde ese día las cosas cambiaron, para bien, o para mal. El laberinto se abría todas las mañanas y se cerraba cuando el cielo tomaba un color morado. ________ se había prometido no volver a ingresar al laberinto sin provisiones y siempre regresaba antes del anochecer, excepto una vez a la semana, que se quedaba a ver si de noche el laberinto cambiaba, había matado a varios y los había estudiado. No se había encontrado a sí misma llorando de nuevo, solo pensaba en salir. Trazaba en las hojas los mapas que realizaba en su memoria. Se llevaba carbón de su primer alimento del día y a veces anotaba en las paredes del laberinto cosas relevantes. Había notado que se divide por secciones, todavía no sabía cuántas, pero si notaba que habían sido montadas diferentes.

Se sentía sola, no deseaba tener a nadie, tampoco. No le deseaba a nadie estar donde está ella ahora mismo. Sí tenía muchas dudas, y si le gustaría poder decirle a alguien.

La comida que estaba, se agotó, ya que solo contaba con 10 trozos de carne, había sobrevivido con huevo (de unas gallinas que encontró), verduras y frutas del huerto, no tenía el corazón para asesinar a los cerdos.

Se adaptó, construyó un techo en la cocina, ya que el aire apagaba su leña, y puso una hamaca entre dos árboles, también había cosido cobijas.

Mañana se cumplirá un mes desde que ella ingresó. Y lo dedicaría a construir un pequeño corral a las gallinas, le dolía hacerlo, ya que no tenía suficiente madera como para construirles una casita, pero era muy cansado buscar los huevos por toda el área, podría talar un árbol, pero el plan tampoco era.

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Se duchaba todas las mañanas, eso hizo, desayuno huevo revuelto con fruta y como siempre, un vaso de agua.

Comenzó la construcción, ya había hecho hoyos en el suelo y pulido la madera, así que solo lo puso y comenzó a conectar el corral.

Estruendo.

La caja estaba subiendo.

Corrió a ella, era de verdad, la caja subía lentamente. No había activado los mecanismos. Se detuvo a nivel del suelo, rápidamente la abrió.

Es un chico.

Puso los ojos en blanco, el chico estaba inconsciente, hizo un poco de ruido y el se incorporó rápidamente, volteo a sus lados y luego a ella, se veía asustado.

—Hey, oye, yo sé que debes...— El chico salió de un salto y la empujó, ella caía de espaldas pero puso sus manos en el suelo y se detuvo para rápidamente volver a erguirse. Para cuando volteo vio al chico correr hacia el bosque —¡OYE!— nadie contesta y ella no se mueve de su lugar —Soy _______, yo, también subí en esa caja como tú, sé que no tienes motivos para confiar en mí. Yo, cuando llegué, estaba sola, pero tú me tienes a mi.— escucha las hojas crujir y lo ve asomarse por un árbol —¡Hola!, ¿cómo te llamas?— estira su mano y se acerca lentamente, él se esconde nuevamente, pudo ver su cara de confusión —Oye ¿no lo recuerdas?, está bien, si quieres, no te haré daño, si quieres puedes recorrer el lugar, yo, iré a desayunar— mintió —¿Tienes hambre? Cuando llegué tenía mucha hambre— se dirigió a la cocina, dejó su cangurera con armas en la mesa y se fue a cocinar algo, cualquier cosa, por la mirilla del ojo observaba como el chico caminaba de un lado a otro asustado, se metió al ala médica, ella se sentó y puso dos platos de comida en la mesa, comenzó a comer.