COMO A TI TE GUSTAN

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Si las casualidades fueran personas, a Gyutaro le encantaría molerlas a golpes

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Si las casualidades fueran personas, a Gyutaro le encantaría molerlas a golpes. Pisotearlas como él siente que la vida lo pisa cada vez que decide amanecer vivo un día más.

A muy pocas les haría una reverencia por el placer que le provocan.

—Disculpa, todavía no me acostumbro a estas cosas.

Una casualidad de las buenas pero que más tarde querrá destruir lo mira con ojos de perro. Podría reconocer esa voz en cualquier parte, la escuchó gritar rodando escaleras abajo y gimotear de dolor por un buen rato en el antro.

El antiguo Pesadilla lo mira con pena, tirado en el suelo a punto de llorar por haberse caído con las muletas al chocar contra él.

—Está bien, ah.

Las cosas de ambos quedaron regadas, por lo que puede espiar en lo que le ayuda a juntar, Enmu estudia fotografía en la misma escuela de artes en la que él está a punto de iniciar el semestre final de su tortura.

El chico, que aparentemente no lo reconoció, se apresura a recoger un par de cosas y a sí mismo del suelo, lidiando como puede con todo lo que carga y una pierna lastimada.

Quizás si Gyutaro no estuviera tan perdido en el revoltijo de gozo y burla interna podría notar que de sus cosas desperdigadas en el suelo falta el fajo de billetes, las ganancias de una semana dando pesadillas, que debería entregarle esa tarde a Kokushibo.

Dedos rápidos. La venganza es dulce y la fotografía muy cara.

Ni siquiera se despiden de alguna forma, simplemente se alejan antes de que el contrario lo note.

Gyutaro consigue llegar a su taller junto al desgraciado que le hace compañía en su miseria. Kaigaku, el músico que solamente está ahí para hacer créditos extra con su abuelo, al parecer mientras más artista se presume más atención recibe.

Escucha su charla de lo mucho que hace frío mientras todavía se regocija pensando en el omega al que hizo llorar.

Vamos, tampoco es que su acción fuera al azar y completamente mala sin razón alguna. Todos los omega de Douma son azabaches y todos, todos, los que tienen ojos azules ya fueron empotrados contra el escritorio del alfa.

Enmu sólo tuvo la mala suerte de ser descarado y cruzarse en su camino en el peor momento posible.

Las infidelidades de Douma son tan viejas que seguramente tiró a uno de los que se cogía mientras aún salían.

—¿Escuchaste que van a cambiarnos de profesor?

—¿Qué chisme oíste ahora?

—Espero que no sea chisme, lo oí en la dirección ¡Dicen que es un famoso-!

Su habla se cortó cuando la puerta fue abierta con un estruendo, estuvo a punto de romperse. Por ella entró la mayor casualidad del mundo.

Esa casualidad a la que Gyutaro desearía machacar con saña contra el suelo.

Shot de Pesadilla ⁕ Tengen x GyutaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora