EL AMOR DE MI VIDA

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Es un hermoso sábado

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Es un hermoso sábado.

Rico y calientito sábado en el que comer algo preparado de cero y no una horrible sopa metida en unicel le alegra el maltratado estómago. Comió todo lo que quiso hasta que no pudo ignorar el hecho de que su gran apetito asombraba al chef de la casa.

Es que Tengen lo mira alegre pero preguntándose dónde cabe tanta comida.

Revisó su celular. Tiene cinco llamadas perdidas de Douma y una hermosa notificación de depósito que casi le hace escupir el bocadillo.

—Te pedí 40,000 ¿Por qué me depositaste el doble?

—Es el pago por pasar una noche conmigo– Uzui sonríe como si en esa noche hubiese saciado sus puercos deseos y no solamente dormido viendo como tonto al bruno que duerme como muerto.

«Ay, te odio.»

Termina todo en su plato, hace a Kokushibo su transferencia antes de olvidarlo y luego se dispone a marcharse. Espera que Uzui ya no tenga problema con simplemente indicarle el camino de vuelta a la parada de autobús en lugar de llevarlo él mismo.

—Bueno, fue un placer servirte, grandulón, ahora me marcho a mi cita.

—¡¿Qué dijiste?!

—Tengo que recuperar al amor de mi vida.

Apenas pudo abrir un poco la puerta principal antes de que Tengen la cerrara de un empujón, si no fuera porque empieza a distinguir cuando Gyutaro lo está jodiendo habría mucho más que molestia en su mirada.

—¿Qué? ¿Vienes conmigo?

Por supuesto que sí. Si realmente existe tal competencia entonces Tengen no va a perder la oportunidad de saber quién es. Ambos pasan un buen rato en silencio, viendo por la ventana del autobús que el mayor se resignó a tomar.

Uzui siente que va a terminar golpeando a alguien porque Paraíso Eterno está en la ruta y aún recuerda el horrendo aroma que Douma soltó al negarle la compra por adelantado de Gyutaro.

Sus dedos empiezan a tamborilear en el asiento cuando pasan de largo frente al antro por muchas más estaciones de las que recuerda haber caminado anoche. Esperaba ver algún sitio de residencias, otro club o hasta alguna escuela, no un local de empeño ¿Su rival es un empleado? Gyutaro caminó directo hacia uno en el mostrador y lo mejor que se le ocurrió a su mente cavernícola fue sujetar al tipo del cuello de su camisa con toda la violencia.

—¿¡Tú qué-!?

—Quiero la Harry Davidson que está en exhibición– Gyutaro intervino antes de que el pobre empleado tocara el botón de pánico.

—¡Ah! ¡¿Qué?! Están ¿Están robando?

—No... Él tiene problemas– uno de sus dedos subió a dibujar círculos en su sien, Tengen soltó al empleado de inmediato con un gruñido.

Shot de Pesadilla ⁕ Tengen x GyutaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora