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Estar de vuelta en el taller luego de un largo fin de semana se siente más relajante de lo que le gusta admitir, incluso contar su chisme a Inadama se siente bien aunque él no sea capaz de ser discreto

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Estar de vuelta en el taller luego de un largo fin de semana se siente más relajante de lo que le gusta admitir, incluso contar su chisme a Inadama se siente bien aunque él no sea capaz de ser discreto.

—¿¡Me estás jodiendo!? ¿¡Ya están saliendo!?

El resto de la clase lo miran con mal gesto, no es que rompa con alguna armonía elegante en medio de una sesión de pintura, es que rompe la tranquilidad que pocas veces presenta el maestro al que le encanta usar explosivos.

«No en realidad... Solamente confesé que me gusta.»

Al final no pudieron hablarlo y dejar en claro la situación.

Kaigaku no espera mucho por la respuesta, se agacha y trata de susurrar, algo que no logra como debería.

—¿Te lo cogiste?

«Sí... Bueno, no en realidad.»

Su encuentro fue más una pelea en la que al principio dio todo para defenderse, el labio mordido y el torso rasguñada de Tengen dan fe de ello, pero al final fue más él rindiéndose a que le den la vuelta y lo cojan con la cara contra el mármol de la barra en la cocina.

"Te juro que un día voy a cogerte. Sucio y fuerte, como a mí me gusta."

Le enoja recordar las palabras que Uzui una noche le juró luego de que él lo amenazara pero la verdad es que peleó muy poco y lo que él le hizo a Tengen no se compara con tener que sentarse con cuidado.

Termina asintiendo con la cabeza porque no quiere dar todos esos detalles a alguien tan indiscreto.

—Suertudo hijo de perra.

—¿Disculpa?– en algún momento Tengen se deslizó hasta colocarse tras de ellos, su olor a molestia empieza a llenar el lugar y hacer temblar a quienes no quieren morir sepultados en escombros.

—Es... Una expresión de amigos cercanos– Kaigaku trata de responder sin que su lengua se trabe o su cuerpo se encoja.

—¿Cercanos?

—... No tanto.

La alarma de alguien suena al fondo, todos saben que son libres y pueden huir del lugar sin culpa. Inadama es el primero en salir, apenas hizo un gesto con la mano para despedirse de Shabana.

Tengen va tomando práctica en el fino arte de ignorar, cuando Gyutaro lo mira con intenciones violentas él desvía la mirada al fondo contrario del salón y sonríe.

—Quédate, vendrá alguien que nos puede ayudar.

«Nos. Sigues hablando de nosotros como si mis problemas fueran tuyos.»

Guarda sus materiales pensando en ello, sigue creyendo que no por confesar su atracción ya comenzó una relación con el grandulón.

Seguramente no comparte ese pensamiento con el alfa que lo recibe en su escritorio con otro beso como el que le dio en la salida del club, cuando lo recogió y cuando lo llevó a su edificio departamental por la madrugada.

Shot de Pesadilla ⁕ Tengen x GyutaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora