Todo lo que a Tengen hace feliz le pertenece, es natural entonces que tarde o temprano ese extraño barman con sabor a granadina también sea suyo.
AU moderno. Tengen alfa x Gyutaro omega y Douma alfa x Gyutaro
Pizca de Rengiyuu.
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—¿Vas a negar el vínculo?
La pregunta se formuló en cuanto Gyutaro trató de alejarse. El destino decidió que aún no es su momento y que va a dejar brillar al sol como si fuera el juicio final.
¿Qué maldita hora es?
No quería salir del abrazo, ni siquiera de la cama, sólo quería cerrar las estúpidas cortinas que no evitan que la frente y ojos le revienten con la luz.
«No... No sé... Ahora entiendo los insultos de Ume.»
—Ten piedad, viejo. Acabo de revivir.
Una toalla se estampa en su cara, siente la ausencia a su lado y en segundos escucha los aros del cortinero correrse. Cuando se quita la toalla agradece la penumbra.
Resopla, largo y doloroso. Tengen no quiere volver a la cama con él, se mantiene a la distancia tratando de no mostrar la molestia que le genera ese vaivén en su relación.
No tiene idea de cómo hizo para controlarse y no tomarlo sin importarle que estuviera medio destruido pero está seguro de que no podrá repetir muchas más veces la osadía.
—Déjame cuidarte... Quédate aquí conmigo. No tengo idea de cómo sea Michikatsu con sus relaciones familiares pero no dejaré que estés solo.
—¿Tengo otra opción?
—Aunque la tuvieras, no te permitiría tomarla.
«Genial, mi lazo es una loca posesiva.»
Una punzada en el cuello hizo a su mano correr a tratar de aliviar la sensación. Masajea el lugar donde fue inyectado mientras mira al techo como si ahí estuvieran plasmadas todas las respuestas.
—Así fue como lo supiste– su boca fue más rápida que su mente, mientras menos dolor de cabeza siente más logra notar todo lo que estuvo ignorando —Antes de que te llamara tú ya sabías que algo había ocurrido.
—Tuve un presentimiento.
El silencio vuelve a reinar, se mantiene incluso después de que Tengen bebe analgésicos y lo fuerza a él con la mirada a beberlos también.
Ambos se rinden a tumbarse de nuevo, apreciando la blancura del techo, sin atreverse a regresar al abrazo o siquiera tocarse.
—No estaré con alguien que no me ame– no es un sí, tampoco un no.
Se siente ridículo, no puede aceptar que la vida le regale algo tan bueno.
—¿Vas a ser tú quien determine lo que yo siento?
Está repitiendo sus errores con Douma, se está predisponiendo, deja que sus miedos marquen lo que piensa, pasa y siente, incluso lo que va a pasar.
—Si no fuera por esto-
—Me fijé en ti antes de poder olerte, te perseguí antes de saber que eres mi destinado y me quedé después de nuestro encuentro en la cocina. Ni siquiera me importa lo que puedas hacer para arruinar mi amistad con Kyojuro porque no pienso dejar que esto se arruine. Así que no puedes refugiarte en algo así.