Todo lo que a Tengen hace feliz le pertenece, es natural entonces que tarde o temprano ese extraño barman con sabor a granadina también sea suyo.
AU moderno. Tengen alfa x Gyutaro omega y Douma alfa x Gyutaro
Pizca de Rengiyuu.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus compañeros están a una bomba de salir corriendo por miedo a morir enterrados bajo escombros. El niño berrinchudo ha estado pintando toda la maldita clase.
Todos supieron que se trataba de un artista reconocido, pocos sabían que podría llegar a ser muy excéntrico e impulsivo. Nadie sabía que usaba explosivos en su arte, eso explica el curioso olor que siempre carga pero igual la pólvora no le gana a las feromonas.
Nunca antes vio que un salón se desalojara tan rápido cuando una clase termina como ese día; él ni siquiera se preocupó por esconderse porque Tengen se mantuvo ocupado destruyendo y rehaciendo una misma pintura varias veces.
El miedo lo invadió hasta el momento en que estuvo a punto de salir, el taller ya estaba vacío y Tengen le daba la espalda, incluso estaba siendo muy silencioso ¿Cómo supo que seguía ahí?
—Oye, Shabana ¿Cierto?
El alfa siguió mirando su obra con enojo y él se mantuvo apenas en el marco de la puerta, hizo un ruido gutural para asentir.
—He visto lo que pintas, es enfermo y retorcido.
«¿Auch?»
Esa clase estuvo pintando a unos hermanos siameses, nunca va a aceptar que a veces siente a Ume como una carga o que aún tiene un poco de resentimiento por lo que Douma le dijo de ella... Pero el arte al menos le ha servido para expresar un poco de lo mucho que esconde.
—Me gusta. Es horrible, tétrico, da escalofríos. Su extravagancia es única, sigue así.
«Estúpido corazón de mierda ¿Por qué te aceleras?» pensó el bruno antes de volver a asentir y casi salir huyendo del lugar.
«Estúpido omega necesitado, apenas te muestran un poco de atención dejas de gruñir» pensó cuando verlo en la noche no le provocó en el estómago la misma acidez de siempre.
El problema es que Tengen elogió lo que pintó sin fijarse en su olor, su subgénero, su trabajo en el antro o su aspecto. Aduló a su manera algo fuera de los shots y demás tonterías.
—¿Hoy no vas a esconderte con tu jefe ahí arriba?
«Malditos bocones. Buen ambiente laboral mis huevos.»
—Lo haré si me aburro.
Comienza a preocuparle lo poco que hace efecto el eliminador temporal de aroma que los clientes toman antes de entrar, mucho más el hecho de que los guardias no son tan eficientes como deberían.
La garganta le pica de oler el enojo en el albino, no le sorprende que la gente se aleje de la zona.
—No lo harás cariño, hoy sí obtendré tu exclusividad aunque deba arrancarle los dedos al cejón para obtenerla.
Tengen sintió cosquillas al verlo sonreír con malicia, es la primera vez que lo ve de esa forma, al menos con él.
