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Elián intentó arrebatarme el papel que estaba en mis manos pero no se lo permití. Retrocedí y lo miré furiosa, por más de que mis lágrimas no me permitieran expresar que me sentía de tal manera. Él seguía sin hablar y ahora estaba segura de que ni siquiera en esta situación iba a estar dispuesto a hacerlo. ¿Qué iba a decir de todos modos? Tenía las pruebas en mi poder, lo que demostraba que él había ocasionado el incendio del circo en la noche del primer show.

No quería creérmelo porque hasta hace un segundo me negaba a apuntarlo con el dedo. ¿Acaso todo este tiempo me había hecho creer algo que no era? ¿Caí como una completa idiota?

—¿Entiendes lo que ocasionaste con ese incendio?— mis dientes rechinaron. Él se quedó inmóvil— ¡Alguien pudo haber muerto! ¡Retrasaste al circo! ¡¿Por qué lo has hecho?!

Solamente tragó saliva.

De repente, mi mente me llevó al recuerdo de nuestro trato. Ahora algo cobraba mucho más sentido.

—Por eso me ofreciste ese trato— mi pecho subió y bajó—. Me habías prometido que si no hacía preguntas sobre nuestro acto hasta el día del show, me darías un lugar en el grupo de bailarinas. Pero tú sabías muy bien que eso no iba a pasar porque ibas a causar el incendio— intentó acercarse pero nuevamente me alejé—. Y cuando Olimpa consiguió renovar las fechas y conseguir restaurar los materiales perdidos para volver a las presentaciones, no te gustó nada. Porque no lo tenías planeado. No sabías qué hacer.

No lo negó.

Por supuesto. Él sabía lo que yo quería y lo utilizó. Pensó en sí mismo, en sus planes.

Rebuscando en la caja, agarré otra de las fotografías para leer la descripción en voz alta.

—"Destruye tu auto". ¿Y eso qué maldito fin tuvo?

Cuando guardó silencio, leí otra.

—"Deja el cupón en la oficina de Olimpa"— suspiré pesadamente—. También fuiste tú. ¡La enviaste a su posible muerte! ¡Y al final me atacaron a mí!

Esta vez, Elián negó frenéticamente con la cabeza, como si quisiera decirme que eso no era cierto, siendo incapaz de usar su voz para hacerlo.

—¿Qué? ¡¿Qué, Elián?!— finalmente me atreví a acortar un poco la distancia. Ahora él parecía desesperado— Si tienes algo que replicar, habla de una puta vez.

Cerró sus puños con fuerza.

—Si hablas ahora y me das una explicación para toda esta mierda— lo miré a los ojos— te creeré. Te prometo que lo haré. Y te ayudaré en todo lo que sea necesario. Pero si te niegas a abrir la boca, si te niegas a ser sincero conmigo, me largo de aquí. En este momento.

No estaba bromeando. Las pruebas eran incriminatorias y no se atrevió a negar ninguna de ellas. ¿Cómo se supone que deba sentirme? ¿O qué es lo que se supone que deba hacer? No puedo confiar en alguien que me ha mentido desde el momento en que nos conocimos, a pesar de que me haya enamorado de él. Ya no sé qué es verdad y qué no lo es. Más de una persona me ha advertido sobre Elián y es ahora cuando me doy cuenta de que tal vez debí haber escuchado en vez de ignorarlo por mi estúpido y traicionero corazón.

Por mucho tiempo acepté sus condiciones. Accedí a no practicar el acto, accedí a ayudarlo con los asuntos del circo, accedí a renunciar a mi sueño de bailarina solo para estar con él. Pero mis límites habían sido sobrepasados y estaba harta de sentir que yo era la más ciega de todos.

Elián rompió la distancia entre ambos, colocó las manos en mi cintura y apoyó su frente en la mía. Tragué saliva.

—Ya no me siento segura a tu lado— mi declaración generó un ajuste en su agarre—. Si de verdad lo hiciste, no puedo perdonarlo.

Magic (+18 ) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora