59

781 68 82
                                    

Es difícil describir qué fue lo que sucedió exactamente. Todo fue demasiado rápido.

Bárbara tuvo la intención de insertarme el cuchillo en el cuello. Tuvo la intención de matarme. Sin embargo, y gracias al cielo, logré darme cuenta a tiempo. Cuando la presión de la punta del cuchillo se sintió más fuerte, reaccioné. Me moví a un lado, utilizando todas las fuerzas que me quedaban, y debo decir que eran pocas porque me sentía débil física y emocionalmente. Ante mi movimiento repentino, Bárbara hizo lo que estuvo a su alcance, y simplemente atacó en el primer lugar al que tuvo acceso.

El cuchillo atravesó la carne del costado de mi abdomen.

Sinceramente, no sé qué tan profundo fue. No sé qué tan peligroso resultó. Lo único que sé es que me dolió como el diablo. Mis ojos se pusieron en blanco durante cada milisegundo que esa hoja se deslizó dentro de mi cuerpo. Mis labios temblaron y caí rendida en el suelo, con el elemento aún insertado en mi cuerpo. Pues en cuanto Bárbara me apuñaló, me dio una mirada de "tuve que hacerlo", me empujó y se levantó de un salto.

Apenas pude ver mucho porque mis ojos se llenaron de lágrimas y mi vista se volvió borrosa. Además, el aire se atascó en mi garganta así que estaba bastante ocupada intentando recuperarlo. No les podía explicar lo que sentía, porque no yo misma tenía palabras para describirlo. Estaba... en shock.

Logré vislumbrar una cabeza pelirroja queriendo acercarse a mí. El sonoro "¡No!" de Elián fue tan alto y desgarrador que fue imposible para cualquiera no haberlo escuchado. Fue un grito que llegó a mi mente y se instaló en mi corazón. Uno que jamás iba a olvidar.

Mi chico no pudo venir a socorrerme. Algo... No. Alguien lo detuvo.

—He tomado una decisión— dijo Bárbara, ahogándose con sus propias lágrimas.

Entonces, de su bota, sacó otro cuchillo. No me sorprendió para nada el hecho de que la mujer viniera tan bien preparada. Pistolas y cuchillos. Por supuesto que sabía que todo podía terminar mal. ¿Pero había considerado ella su propia muerte?

Temí que utilizara ese cuchillo para volver a atacarme y terminar con el trabajo, o para atacar a Elián. No obstante, nada de eso sucedió porque lo que hizo fue extenderle el cuchillo a su hijo pacíficamente. Él no dudó en tomarlo con tal de desarmarla pero igualmente demostró lo confundido que se encontraba ante el gesto.

—Si voy a morir... quiero hacerlo en tus manos.

Por lo que pude llegar a ver a través de mi mirada borrosa, Elián la observó como nunca observó a nadie, ni siquiera a su padre: con odio y sed de sangre. Ojos negros habían dominado sus pupilas, aquellas que muchas veces me miraron con brillo y amor. Él se había transformado. ¿Y cómo no? Si antes habían traspasado sus límites, ahora habían sacado se bestia interior.

Elián me miró, completamente aterrorizado y desesperado. Él quería correr a mí para ayudarme y ponerme a salvo pera no había forma de que hiciera eso sin antes pasar por Bárbara. La mujer no iba a permitir que se acercara a mí, estaba bien para adelante de mi cuerpo, como un muro inquebrantable. Además, teníamos que considerar la posibilidad de que tuviera otra arma. Con ella, nunca estábamos seguros.

Entonces él se acercó a paso lento a la dueña de sus pesadillas, con el cuchillo bien sujeto en su mano. Cuando quedó justo enfrente de ella, lanzó humo por la nariz. Apenas tuvo que agachar la cabeza porque ella era solo unos centímetros más baja que él.

—Hazlo, hijo.

Hijo. La palabra le generaba repulsión, lo sé. Él lo demostraba.

—Tú no eres mi madre— dijo, con la voz ya quebrada. No solo por el llanto, sino porque había gritado tanto esta noche que se había quedado disfónico—. Jamás lo fuiste, y jamás lo serás. La única madre que tengo está en el cielo, esperándote ansiosa para recibirte y enviarte directo al infierno.

Magic (+18 ) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora