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Pasé la mayor parte de mi tiempo en el departamento de Elián hasta que finalmente se hizo viernes. Miré el reloj en la pared que marcaba las 20 PM. Faltaba una hora y media para que Jackson High nos recibiera en lo que sería una exhibición privada. Eso significaba que la lista de invitados era limitada y estrictamente organizada. Entendible, el arte tiene su elegancia cuando se la requiere. Estaba tan emocionada que ya estaba enfundada en mi vestido nuevo.

Todo el grupo del circo se reunió ayer no solo para ensayar el show, sino también para que todos tuvieran una idea general de cómo se iba a desarrollar la noche de hoy y qué pasos debían tenerse en cuenta. Nada excesivamente riguroso, simplemente se dijo que, a menos que la ocasión lo precisara, mantuviéramos un perfil bajo. También debíamos ser respetuosos con quienes nos rodeaban porque serían personas importantes que algún día podrían escuchar y hablar de nosotros. Causar una buena impresión tanto individual como grupalmente era primordial.

No recuerdo la última vez que me vestí de una forma tan excéntrica, si es que alguna vez lo hice. Y a decir verdad, realmente me encanta. Es de esas pocas veces en las que me siento aunque sea un poco más bonita y presentable. Creo que el Glamour tiene cierto poder que muchos subestiman hasta que realmente lo pruebas. De repente me siento... segura de mi misma. Obviamente tengo muchos aspectos que mejorar, pero siento que estaba en pleno avance.

Elián entró a la habitación mientras terminaba de ponerse el saco de su traje. Estaba tan jodidamente apuesto. Lleva el cabello peinado hacia atrás, permitiéndome por fin ver, desde que nos conocemos, aquel rostro tan perfecto que tiene. Su mandíbula marcada, sus labios carnosos, su nariz recta, sus cejas pobladas, sus pecas y, sobre todo, aquellos ojos soñadores que ocultan tanto dolor. Su vestimenta lo hacía ver incluso más alto de lo que ya era. Me atrevo a creer que sus fuertes brazos luchaban por liberarse de esas mangas. Si bien el talle era el correcto, aquellos bíceps hacían lo posible por resaltar. No cerró el saco por completo así que dejó a la vista su camisa roja de seda semi abotonada.

Bueno, creo que definitivamente ama el rojo.

—¿No tienes corbata?— pregunté, creyendo que su vestimenta estaba incompleta.

—Sí, pero las odio— dicho eso, fue hasta un cajón que estaba al lado de la puerta—. Antes de que lo olvide. Ten.

Lo próximo que hizo fue extenderme una bolsita de regalo muy pequeña, como del tamaño de la palma de mi mano. Curiosa y sorprendida, la abrí para ver qué contenía el interior. Con delicadeza, saqué a la luz los dos pequeños objetos que estaban allí. Sonreí al caer en cuenta de que eran un par de aros con forma de estrella, cubiertas por un profundo color negro y un par de diamantes.

—¡Oh por Dios! ¡Son preciosos!

Los tomó de mi mano y se acercó, quitándome la respiración. Sus dedos hicieron que mis mechones rubios reposaran detrás de mis orejas para así poder a ayudarme a colocármelos.

—Todos tuyos.

—¿Hablas en serio?— asintió— ¿Por qué?

Tenía que consultar. Era un regalo inesperado.

—Solo— tragó saliva— lo vi en la vitrina y pensé que algo tan bonito debía ser utilizado en alguien así de bonita.

Mis palmas comenzaron a sudar cuando el roce de su mano volvió a pasar mi cuello desnudo. Elián seguía sorprendiéndome con sus acciones indescifrables cada día que estábamos juntos. Podía haberle dicho que me dijera cuánto había costado para devolverle el dinero. Pero sabía cuál iba a ser su respuesta. Un regalo es un regalo. Y quería creer que estaba hecho con el corazón.

—Gracias— toqué el material que ahora adornaba mi oreja—. Son perfectos.

—Qué bueno que te gusten.

Magic (+18 ) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora