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"Encuentra a alguien con quien puedas sanar"

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"Encuentra a alguien con quien puedas sanar".

¿Quieres que te pidamos algo para comer?— los tres pares de ojos te miraron con tristeza aunque trataran de ocultarlo.

Pero estabas hundida en tus pensamientos que ni siquiera escuchaste su interrogatorio. La música y el ambiente dejaban ver un lugar tranquilo, un típico bar- restaurante en donde podías divertirte y cenar a gusto.

Hasta que sentiste el tacto en tu hombro y escuchaste tu nombre ser pronunciado repetidas veces por tus tres amigas.

—¿Eh?

Las tres te miraron con compasión. Era injusto,  a tus veintiún años habías pasado por tantas cosas y como si fuera poco, tu familia ahora se había reducido con la muerte de tus abuelos maternos dejándolas sola a mamá y a ti.

—Lo siento, no las escuché— te disculpaste.

—Te pediré algo para que cenes, no has probado nada de aquí y por lo visto tampoco tienes ánimos de beber— la mayor de ustedes te sujetó el hombro de forma cálida.

—No me gusta el alcohol— confesaste.

—Lo sabemos, es solo que creíamos que al menos beber te haría sentir un poco mejor— se disculpó.

—Es suficiente con que estén aquí, en verdad lo aprecio— tus únicas amigas que habías hecho en el país de mamá, habían viajado hasta aquí solo para acompañarte en el dolor que estabas atravesando.

Lo peor es que mañana tomarían un vuelo de regreso debido a que tenían que seguir con la universidad, habían estado aquí por un mes.

—Te queremos y pase lo que pase estaremos para ti. Sabemos lo difícil que es y si quiera podemos imaginarnos el dolor, no es justo, apenas hace medio año...— pero la gemela se detuvo en automático evitando continuar.

Sabías que no lo decía con mala intención sin embargo de nuevo el dolor en tu corazón comenzaba a aparecer.

—En serio estoy bien. No tienen de que preocuparse— les sonreíste de forma cálida.

—Vamos a bailar— animó la otra gemela— estoy segura de que al menos te hará sentir un poco mejor.

Asentiste tratando de que ya no se sintieran afligidas por ti. Respiraste y decidiste que disfrutarías del último día con ellas aquí.

—¡Jun!— el grito de tu amiga llamándote te hizo reír. Estaba casi ebria y bailaba de forma graciosa.

La mayoría de las personas suelen llamarte por tu apellido, después de todo gracias a esas tres letras tenías una vida cómoda y de lujos.

Ámame de nuevo ; kth, jjk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora