"¿Cómo hago que quieres quedarte? por favor deja de mirarme con esos ojos, él nunca será como tú".
-Contenido explicito.
-Hetero.
-Taehyung
-Jungkook
-Jaewook
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Una semana completa había pasado desde que conociste a Tae. Sin embargo, jamás lo volviste a ver.
Era un chico al cual habías conocido por casualidad, no tendría que interesarte en lo absoluto.
—Bebé, ¿quieres más? — el apodo que tu madre utilizaba contigo, resonó por tu cabeza haciéndote reaccionar.
La miraste y luego miraste tu plato. Entendiste a lo que se refería. Era la primera vez en seis meses en la que habías logrado acabarte un plato de comida, volviendo a tu alimentación normal.
Negaste—mamá, hay algo que quiero hablar con usted.
—Dime— dijo sorprendida invitándote a expresarte.
Por más que pensaras, no había forma en la que podías contarle lo de Tae. No sabías cómo iba a reaccionar.
En cuánto quisiste hablar, notaste el nuevo marco con la fotografía que adornaba una repisa de la cocina.
Los ojos se te aguaron. Él y tú sonreían en la foto mientras enseñaban las palmas de las manos manchadas de harina al igual que la cara llena de chocolate derretido y el mismo polvo.
—¿Cuándo colocaron esa foto ahí?— preguntaste en voz baja y tu madre supo a lo que te referías.
—La señora Lee vino ayer mientras dormías. La trajo para ti pero si te hace sentir triste, puedo pedir que la quiten cielo.
—No— respondiste— es solo que— no aguantaste más y las lágrimas te traicionaron.
—Sé lo mucho que lo extrañas. Y creo que es muy bonito de tu parte que lo recuerdes de esa forma. Noté que las fotos de tu habitación siguen igual. A él le encantaban— estiró su mano para acariciar la tuya.
—Mamá... extraño tanto a Jae—lloriqueaste mientras te limpiabas las mejillas con el dorso de la mano.
—Lo sé cielo, yo también lo extraño. Jae te amaba con todo su corazón.
[...]
Terminaste tu maquillaje para colocarte un poco de perfume. Estabas lista así que bajaste a toda prisa al primer piso.
Pasaste por la habitación de mamá y notaste que estaba casi lista.
Y en cuánto tus pasos llegaron a la sala, lo notaste a él.
—Kook— lo llamaste un poco extraña. No sabías que vendría, y mamá no te había mencionado nada.
—Oh— se puso de pie de inmediato— hola, Junnie— te saludó tiernamente.
—¿Te hiciste un piercing nuevo?— casi corriste a él y sostuviste sus mejillas, analizando el fino aro de joyería que adornaba su labio inferior.
