La noche ya había caído, el pelirrojo había acomodado a la pequeña planta en el mejor lugar de su habitación, un lugar donde llegará la luz solar, pero sin ser demasiado molesta para aquella flor, lo que había dicho la fémina era que al parecer este tipo de flor crece mejor en la semisombra y obedientemente Kirishima había hecho caso. Miraba las pequeñas hojas embobado, no creía que esto era real, ¡él iba a cuidar su propia planta! Hasta la emoción que emanaba era algo tierna.
Buscó su celular en su mochila para enviarle un mensaje a [...], poco le importaba haberla visto hace unas pocas horas, tenia la excusa perfecta para escribirle y no pensaba desaprovecharla.
«¿Esta bien ese lugar? Es el mejor lugar de mi habitación.»
Debajo del mensaje había adjuntado una foto de la planta, ahora bautizada Trevor, ya que Kirishima pensaba que era lo más adecuado que tuviera su propio nombre.
«Esta perfecto, no hay mucha luz pero tampoco es oscuro.»
«Creo que te has vuelto todo un experto en estos de las plantas, Kiri.»
Una sonrisa de bobo enamorado salió de los labios del pelirrojo al leer el apodo, no entendía como una simple acción podía hacerlo sonreír. Después de esos mensajes Eijirō pasó todo lo que restaba de la noche hablando con la chica, el cuidado de Trevor había sido la excusa perfecta para hablar con ella y conocerla mejor, saber sus intereses, las cosas que le gustaban, las que no, quería saber todo de ella.
Hasta ya había pensado en cómo se le iba a confesar y cuando lo haría, todo debía salir perfecto.
A la mañana siguiente, nuestro pelirrojo favorito se levantó muy temprano para poder arreglarse y esperar a su chica frente a la floristería de sus padres, que por cierto, había descubierto anoche que también era su casa. Así que, con un vago intento de peinado fallido salió de su casa rumbo a buscar a su futura novia, en el camino se detuvo para comprarles unas galletas, no le gustaría llegar allá con las manos vacías.
Una vez frente del lugar, tomó una foto de la entrada para pasársela a la pelirosa. Pero solo eso, no le escribió más nada, solo adjunto aquella foto y esperaba que ella entendiera el mensaje. Y vaya que lo entendió, no pasaron ni cinco minutos cuando la de ojos jade se encontraba frente a Kirishima con el cabello despeinado y el uniforme algo desarreglado, se notaba que había corrido.
—¡Sorpresa! —la sonrisa puntiaguda del chico iluminó el lugar. —Pensé que podríamos caminar a la escuela, juntos.
—Podrías haberme avisado, yo...estem. —la sonrisa del joven solo aumentaba más al escucharla hablar, ella siempre parecía tan segura cuando hablaban y ahora el verla nerviosa era satisfactorio para él. —Estaba desayunando cuando vi tu mensaje. —ahora ella se había sonrojado, no creía que Kirishima la había visto así, recién levantada y con el uniforme mal puesto.
—Termina de desayunar, yo te espero, no tengo problema. —finalizó acercándose para darle un beso en la frente que solo hizo a nuestra protagonista suspirar.
—Espera. —pero la muchacha quería tener algún tipo de ventaja en este juego, no iba a dejarlo ganar cuando ya la había visto en sus peores fachas.
Al igual que las otras veces tomó las manos de Eijirō para envolverlas con las suyas, sin embargo, esta vez fue diferente, algo cálido empezó a sentirse de las manos de la fémina para después dar paso a ver unas pequeñas flores blancas, parecían mucho más pequeñas que la demás y esta vez, su cantidad también era mayor.
—¿Qué son? Hay varias. —el pelirrojo las miraba con total admiración, no paraba de pensarlo, el quirk de [...] le fascinaba.
—Son margaritas. —soltó con una sonrisa a la par que se acercaba a la cara del chico. —Te estoy seduciendo, ¿recuerdas? Las margaritas son la flor perfecta para ello. ¿O...—una sonrisa gatuna salió de sus labios. —debería dejar de hacerlo?
Una sonrisa salió de Kirishima, tomando los hombros de la chica para alejarla, no sabía de que era capaz si ella se acercaba más.
—Deberías terminar tu desayuno, no quiero llegar tarde. —y sin darle tiempo a reaccionar empujó a la de ojos jade dentro del local.
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¡Esto no es una ilusión, repito, esto no es una ilusión!
Hidaka volvió y esta vez para quedarse, nene.
Ya tengo computadora, ganas de escribir, ¿qué mas necesito para quedarme?
Así que, intentaré terminar esta historia lo más rápido que puedo, ya las he hecho esperar mucho tiempo.
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Flowers. [Kirishima Eijirō]. [CALCBNHA].
Fanfiction❝¿Sabías que las flores tienen su propio lenguaje?❞ Libro #8 de la saga: ❝Cartas a los chicos de Boku no Hero Academia.❞