Míradme sólo a mí

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—Capítulo XXIX—

¿Resentida? ¿Traicionada? ¿Yo? Claro que sí.

—Noelia —dijo Pierre apartó sus ojos por un momento de la carretera.

—¡Pierre! —le grité—. ¡¿Quieres matarme?! ¡Mira a la carretera!

Por delante nuestra se encontraba una calle de sólo dos carriles completamente vacía pero de todos modos aterradora.

—Noelia, vamos tan lento que creo que esto ya se volvió un peligro para la seguridad vial —se quejó Pierre.

Hice una mueca.

—Vamos a 45km/h, eso es una salvajada.

Mientras cambiaba de marcha Pierre comentó.

—Podría conducir esto a 300km/h y todavía estarías completamente a salvo.

—A ti tal vez te paguen millones por casi morirte todos los fines de semana, pero te recuerdo que yo estoy en el límite del sueldo mínimo —le respondí.

Pierre soltó una risilla.

—A esta velocidad nunca vamos a llegar.

—No pasa nada, es mejor llegar tarde. Así todo nos verán —dije para mí en voz baja.

***

Cuando hubimos llegado al hotel, allá a las 10 de la noche fui en busca del baño de la recepción para cambiarme cuando Pierre sacó la tarjeta de una suite.

—La cadena de hoteles sponsor de la F1 así que nos regalan una habitación.

—En mi hotel ni siquiera tenemos agua caliente —me quejé.

Pierre rió y luego comentó:

—Duermo en otro hotel pero uso este para cuando me canse de la fiesta. —hizo una pausa y después añadió en forma de broma—: O para cuando tú quieras.

Le sonreí en respuesta mientras subíamos por el ascensor.

***

Después de haberme cambiado, maquillado con el poco maquillaje que tenía en mi mochila y arreglado el pelo sólo con agua porque Pierre no había planeado muy bien todo esto, salí del baño a la habitación.

Di un paso hacia adelante y rápidamente me volví a meter al baño cuando vi su torso desnudo.

—Lo siento —me disculpe tapándome los ojos.

—No te preocupes, no es como si fuera la primera vez que me ves así.

Ladeé la cabeza.

—¿Cómo?

—Vi que me sigues en Instagram —respondió cuando terminó de cambiarse.

Me sonrojé. No había piloto que no siguiera por Instagram. Bueno claro, excepto Charles que lo había dejado de seguir hacia unos meses.

—Deberíamos ir subiendo.

Pierre tomó mi mano y me arrastro por los pasillos hasta entrar al ascensor para ir a la azotea. Y luego me dijo:

—Recuerda: somos novios. Tenemos estar juntos toda las fiestas y no te puedes besar a nadie más. Yo haré la mismo. ¿Vale?

—Vale.

En ese mismo momento se abrió la puerta y como el año pasado, me llegó el olor a cloro de la piscina. Entonces me di cuenta: no sólo van a estar los pilotos de F1 sino también los de F2, entre ellos Arthur que era un nuevo Rookie.

300km/h | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora