|Narra Halley|
Estaba realmente confusa. Sea quien sea quien nos haya enviado aquí, ¿me daría a mi el privilegio de recordar? ¿Por qué?
De tanto pensar, me comenzó a doler la cabeza. Decidí irme a dormir y tratar de despejarme.
Había una niña, de unos catorce años. Tenía la cabeza apoyada sobre el hombro de un chico. Más mayor que ella, un año seguramente. El chico era asiático y realmente guapo.
-¿Cuando te enviaran? -Preguntó la chica pelirroja.
-En dos días -Respondió el chico, acariciándola en cuello.
La chica se mantuvo en silencio, con los ojos vidriosos. La tristeza inundaba sus ojos y parece ser, que su amigo lo notó.
-¡Hey! -Le dedicó una tierna sonrisa- No llores, estaré bien Halley.
-Me vas a olvidar Minho -Y la pequeña Halley hundió su cabeza en el pecho del chico- Me vas a olvidar...
La versión joven de Minho la levantó el mentón y la besó con dulzura en los labios.
-No lo haré -Dijo al fin.
• • •
La luz del sol me atravesó las pupilas, obligándome a abrir los ojos. Me había quedado dormida en el mismo sitio en que me había quedado. Me levanté y cuando iba a entrar por la puerta de la Hacienda, pude ver a lo lejos a Minho salir del bosque. Preparado para entrar al Laberinto. Al recordar el sueño de anoche, no pude evitar sonreír. El chico se giró y me vio, desvíe la mirada rápidamente y no pude evitar sonrojarme. Oí unos pasos cerca mío.
-¿Te gusta observarme? -Río el chico- No me extrañaría.
-¡Oye! Eso no es verdad señor ego -Me quejé y recordé que tenía que comportarme como un chico- ¿Acaso quieres que sea gay?
El chico estalló en carcajadas mientras negaba con la cabeza. Una vez hubo terminado de reírse me golpeó en el hombro.
-He de admitir que eres gracioso Mikey -Se limpió unas lágrimas de haberse reído tanto.
-¿Puedo hacerte una pregunta? -El chico asintió.
<<No lo hagas, Halley>> La voz me estaba gritando, pero necesitaba saberlo. Si había cumplido su promesa.
-¿Te suena el nombre de Halley? -Pregunté.
El chico se tensó y se llevó el dedo índice a la barbilla, como si estuviese tratando de recordar.
-Ahora que mencionas el nombre sí, pero no sé de que -Minho me miró y levantó la ceja- ¿De dónde te has sacado ese nombre?
-Simplemente se me ha venido a la mente -Me encogí de hombros- Y quería ver si a ti también te sonaba familiar.
Minho miró su reloj y susurró un: "Clonc, llego tarde". Yo tuve que tragarme una visita realmente aburrida.
Ahora sabia donde estaba cada lugar y sus nombres, pero el único sitio que de verdad me llamó la atención desde el principio fue, el Laberinto. Sentía unas ganas inmensas de entrar allí, aun que solo fuese una vez. Necesitaba averiguar todo acerca de aquel misterioso lugar. Quería ser corredora y, confiaba en la ayuda de Ben.
Pasé todo el día en el bosque, escalando árboles y saltando sobre las copas de estos. Cuando me dispuse a saltar, un terrible dolor paralizó mi cuerpo, haciéndome caer.
<<Te dije que no lo hicieras señorita Halley>> La voz volvió de nuevo <<Ahora sufrirás tu castigo>>
El dolor que sentí fue tan increíblemente fuerte que, juraría, que me iba a morir del sufrimiento. La sensación de miles de clavos impactando contra mis músculos era realmente dolorosa. Me retorcí de dolor mientras gritaba, no podía luchar contra aquello. No podía luchar contra mi misma.
El dolor cada vez era más intenso y mi cuerpo se volvía más débil. Me mordí el labio tan fuerte para tratar de aguantar mejor, que comenzó a sangrar. Finalmente solté un grito inhumano mientras me hacia un ovillo en el suelo.
Poco a poco, el dolor fue cesando. Los clavos imaginarios pararon y mis músculos se relajaron. Un hilo de sangre recorría mi labio y mi nariz.
<<Así aprenderás>> En la voz de la mujer que hablaba, había superioridad y diversión. Y el odio aumentó en mi.
Oí unos rápidos pasos, yo me encontraba en un arbusto y dudaba de que me pudiesen ver. Con las pocas fuerzas que quedaban en mi cuerpo, solté con un hilo de voz, un pequeño gritó. En menos de un minuto, Minho apartó las hojas de los arbustos y me miró.
-Al fin te encuentro -Dijo entre jadeos- ¿Te encuentras bien? ¿Por qué gritas?
-Es difícil de ex... De explicar -Logré decir, con la respiración agitada.
Minho me incorporó, quedando yo sentada y el de rodillas en frente mío.
-Déjame que te examine -Sonrío el chico.
-¡No! -Grité.
Pero fue demasiado tarde, el chico me quitó la camiseta.
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¡Muy buenas!
He recuperado el ordenador, ¡YEY! Por las 300 visitas, haré un maratón de tres capítulos el miércoles ;)
¿Qué creéis que ocurrirá? (•__•) Y una cosa que os quería comentar. He visto menos votos y menos comentarios. ¿No os gusta la historia D:? Podéis aconsejarnos que os gustaría que ocurriese y cosas así :)
Besos
Miredeca
ESTÁS LEYENDO
La chica del laberinto (Thomas, Minho y tu)
FanfictionElla no fue enviada por la caja, sino por el Laberinto. Todo lo que recuerda es que debe ser un chico. Pero, dos chicos entraron en su vida. ¿Logrará cumplir su objetivo?