Capítulo 2

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|Narra Halley|


Alby estuvo alrededor de dos horas haciéndome preguntas estúpidas, como por ejemplo: ''¿Recuerdas algo?'' ''¿Sabes por qué has aparecido en el laberinto''

¡Se piensa que se las respuestas!


Cuando el chico me dejó en libertad me mandó a las duchas, decía que olía a lacerador... ¿Cómo se atreve? Además ni siquiera sé que es un lacerador, pero no tiene muy buena pinta. En las duchas me desnudé, procurando que nadie se diera cuenta de que yo era una chica. Al ponerme bajo el agua, una canción se me vino a la mente, y sin quererlo comencé a cantar.


I can hold my breath. I can bite my tongue.

I can stay awake for days, If that's what you want.

Be your number one. I can fake a smile.

I can force a laught. I can dance and play the part, If that's what you ask.

Give you all I am.

I can do it, I can do it, I can do it...

But I'm only human! I bleed when I fall down. I'm only human! And I crash and I break down.

Your words in my head, knives in my heart.

You build me up and then I fall apart, cause I'm only human...

I can turn it on, be a good machine. I can hold the weight of words If that's what you need.

Be your everything.

I can do it, I can do it, I'll get through it...

But I'm only human! And I bleed when I fall down. I'm only human! And I crash and I break down...


Entonces me di cuenta que llevaba mucho tiempo en la ducha y decidí salir, enrollándome la toalla alrededor del cuerpo. Al salir, continué tarareando la canción con la cabeza mirando al suelo hasta que choqué contra algo. Levanté la mirada y me encontré con Newt.

¡No puede ser! ¿Qué le digo ahora?


-Tienes una voz impresionante- Me sonrió el chico- Por cierto Mikey, ¿para qué te cubres todo el cuerpo? ¡Ni que tuvieras pechos!


Si tu supieras rubiales... Tan solo sonreí incómoda y me marché casi corriendo. Entré en el vestuario y me cambié todo lo deprisa que pude. Una sola pregunta rondaba mi cabeza, ¿por qué es necesario que finja ser un hombre? Quiero decir, ellos tarde o temprano me acabarían aceptando como chica y si es necesario, me defendería de los pervertidos violadores.


-Verducho -Me giré y vi al cejotas, alias Gally.


-¿Deseas algo cara fuco? -El lenguaje empleado por Minho se me estaba pegando.


-Quería pedirte perdón -Bajó la cabeza- No suelo ser tan gilipullo.


Aquello me impactó, jamás me esperaría que Gally pidiese perdón. Le sonreí.


-Siento también haberme comportado mal -Me acerqué a el y le di un pequeño golpe amistoso en el hombro.


-Es que tengo una reputación que mantener -Se giró y comenzó a caminar en dirección a una cabaña de madera- Pero pienso mantener una amistad contigo, pesado Mikey.


Reí y le mostré el dedo corazón, haciéndole reír también. Comencé a caminar en dirección al bosque. Era hora de cenar, pero prefería estar sola, no tenía hambre. Me senté en un tronco y comencé a llorar. Estaba asustada y tenía miedo. Hoy es solo el primer día y por poco me descubren.

Unas rápidas imágenes pasaron a través de mis ojos. Y sin quererlo todo se volvió negro.


Había dos personas en una habitación, parecía un cuarto infantil. Estaba un hombre, que no tenía rostro, simplemente una mancha negra en su cara. En la cama había una niña pelirroja, de unos cinco años. A esta si podía verla el rostro. Era yo.


-Papá -Dijo la niña recostándose en la cama- ¿Puedo hacerte una pregunta?


-Adelante hija -Comentó el hombre.


-¿Qué ocurriría si metieses en un laberinto a un grupo de personas con un objetivo? -Preguntó la que era mi yo pequeña.


-Algún día lo sabremos Halley.-Y el hombre se marchó por la puerta, después de darme un beso en la frente.


Grité y me desperté. Estaba en una habitación sudando. Me llevé las manos a los ojos y comencé a llorar. ¿Yo había tenido algo que ver con esto? ¿Con el Laberinto?

Mi cabeza ahora era una máquina de hacer preguntas sin respuesta. Suspiré y me tumbé en la cama hasta que alguien entró, era Minho.


-Al fin despiertas pingajo -Me sonrió.


-¿Qué me ha pasado? -Pregunté.



-Bueno, al ver que no venías a cenar fui a buscarte y te encontré en el bosque sangrando por la nariz -Me miró serio- Y te habías desmayado ya que no contestabas a mis bofetadas.


-¡¿Me pegaste?! -Le grité.


-No me juzgues -Me miró divertido- Eres tu el que había decidido irse a otro mundo.


-Gilipullo -Me crucé de brazos he hice un puchero.


-Por cierto Mikey -Le miré- Ahora va entrar el mediquero a inspeccionarte. Vete quitando la camiseta.


Mi corazón se detuvo. Estaba muerta.


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Buenas, traigo nuevo capítulo :)

Mil gracias por comentar y votar, nos alegran el día. Dentro de poco subiré el tercero.


Besos

Miredeca <3

La chica del laberinto (Thomas, Minho y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora