Capítulo 3

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Malia

Saber que el chico que al parecer iba a ser el Barman de mi fiesta, iba a ser el mismo chico que había evitado toda la semana realmente me desconcertó por no decir que poco me falto para cerrarle a él y a ese chico Max, la puerta en la cara.

Sin embargo tenía razón en que no podía simplemente dejarlo ir pues enserio necesitaba quien atendiera la barra durante la fiesta, pero al verle la cara toda la noche me recordó lo que paso en el evento y lo que había hablado con mi tía al momento de regresar a casa, el nudo en mi garganta que se mezclaba con la culpa en mi pecho solamente aumentaba, así que hacía todo lo posible para ignorarlo, que incluso baile con tantos chicos que perdía la cuenta y tome tantos tragos que si me hicieran una prueba de alcohol seguramente ese aparato de descompondría. Pero a pesar de eso en algún momento...o mejor dicho varios momentos, estuve desviando mi mirada al chico que estaba atendiendo la barra, esa camisa le quedaba perfecta al ver como se amoldaba a sus brazos y los botones que estaban abiertos mostraban un poco de su pecho, pero lo que más me llamo la atención fue que creía haber visto marcas de tinta en él, pero no pude ver más porque una chica que ni recordaba el nombre me estaba dando otro trago, así que le reste importancia y seguí bailando tratando de olvidarme de su presencia.

Pero mi mente parecía no hacerme caso, pues mientras bailaba encima de esa mesa solamente pensaba en esos ojos azules tan atrayentes, admito que en toda mi corta vida he visto muchos hombres guapos, desde mi edad hasta mayores pero por alguna razón no dejó de pensar en el idiota que me tiro un trago encima.

Sinceramente el resto no lo recuerdo con demasiada lucidez, de hecho solo sentía como me movían de un lado a otro y creo que incluso hubo golpes. Pero mi mente no le prestaba atención a eso, sino que solamente se enfocaba en los recuerdos de lo que paso después de la fiesta.

Después de que Hale, como al parecer que se apellidaba el chico que por error hice que despidieran y que me tiro una copa encima, el dueño del lugar se estuvo disculpando por más de diez minutos hasta que mi tía llego para salvarme y excusarse de nuestra ida como un asunto de emergencia, pero lo que más me sorprendió fue ver cómo le exigió a ese hombre que quería el pago de Hale, el resto no lo escuche ya que se lo susurro al oído.

No sé qué le dijo mi tía, pero al ver como su piel palidecía tanto, debió ser algo muy malo y la verdad no lo culpo la verdad es que mi tía es muy intimidante cuando lo quiere..

En fin, me arrastro por todo el lugar como si fuera una niña pequeña que cometió una travesura, fue algo muy vergonzoso pero en cierta parte de mi ser sabía que era lo mínimo que me merecía en ese momento. Pero eso no me quitaba las miradas de los demás al vernos salir.

Cuando finalmente estuvimos afuera, ella solo abrió su auto y sin decirme nada entro esperando a que la imitara, cosa que hice porque enserio no quería que se enojará más. Por lo que esperaba que cuando estuviésemos adentro me regañara o algo pero nuevamente mantuvo el silencio mientras empezaba a conducir.

-Al ver que ella no estaba dispuesta a hablar, lo iba a intentar yo –Tía yo...

-Pero su expresión seria que inundo el ambiente en tensión me hizo callar, hasta que hablo –Ahora mismo no me hables Malia, estoy enojada y estoy conduciendo por lo que es una mala combinación, hablaremos cuando lleguemos a la casa. –Termino la conversación con la misma expresión seria y fría-

Según mi padre, las mujeres de la familia de mi madre daban mucho miedo cuando se enojaban que ni siquiera podías verlas a los ojos, yo lo experimente con mamá rara vez, pero con mi tía es completamente diferente, es como si estuviera frustrada, enojada y cansada pero no muestra nada de eso en su rostro, sino que lo guarda para hacer que sus palabras lo demuestren.

Mortuus Ante VictusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora