Capítulo 10

11 2 3
                                    

Isaac

¿Alguna vez de niños tuvieron pesadillas sobre el coco o por una sombra por la ventana e incluso los típicos monstruos bajo la cama?

Sus padres llegaban de inmediato para ayudarlos y saber qué es lo que estaba pasando, para calmarlos y hacer el teatro de que espantaban a los monstruos o que simplemente et convencían de que no eran reales, pero en caso de serlo les decían que ellos te protegerían sin importar nada. Después te leerían un cuento para que puedas dormir tranquilo o te cantan una canción para que tu cerebro se relaje lo suficiente y así puedas dormir tranquilo.

Suena lindo ¿No? Pues la verdad desconozco todo de eso, pues nunca lo hicieron conmigo.

Recuerdo que cuando era niño no asistí a la escuela hasta que cumplí los 7 años, debido a que todas las escuelas a las que iba me terminaban sacando ya que según ellos me negaba a seguir las instrucciones de los profesores, me dormía en clase y no entregaba mis tareas, además de ser un chico problemático.

Aunque la verdad era otra muy diferente, no es que me negara a hacer lo que me pidieran los profesores sino que no entendía como realizar algunas cosas y ellos se negaban a explicarme las cosas de forma adecuada, no me dormía porque sí en clase sino porque estaba lo suficientemente ocupado en la noche esperando a mis progenitores, haciéndome la comida del próximo día, limpiando la casa y más cosas que eran cosas que eran tareas de mis "padres" pero debido a que se desaparecían durante toda la noche mientras que durante el día ellos dormían o se encerraban en su habitación sin salir mientras algunas veces escuchaba gritos y finalmente no entregaba las tareas porque incluso no tenía cuadernos para anotar nada en clase ya que según mi madre:

"Estarías llevando el cadáver de un árbol en tus manos".

Sinceramente ninguno de mis maestros creía que el chico que llegaba a clases con la ropa arrugada porque no sabía cómo usar una lavadora o que su cabello era un desastre porque se lo cortaba con tijeras que tenía en casa e incluso llevándose cortes en el rostro algunas veces o que a veces no podía bañarse porque a sus padres se les olvidaba pagar las cuentas del agua, jamás creían que fuera culpa de sus padres ya que solamente faltaba que la señora llegara con un cambio de ropa limpio y lo regañaba enfrente de los maestros y de inmediato era la culpa del niño.

Ninguno se tomó la molestia de saber cómo era mi casa, ninguno se tomó la molestia de nota que rara vez llevaba algo de comer en los recesos. Al final siempre era mi culpa que me expulsaran de las escuelas así que mis progenitores me negaron ir durante un tiempo.

Pero me estoy desviando del tema, después de todos esos días difíciles me quedaba completamente solo en casa, no tenía a nadie que me cuidara como lo hizo nuestra difunta vecina hace años, así que como podía comía algo para que el estómago no me estuviera exigiendo comida y por ello no pudiera dormir adecuadamente, pero a la hora de dormir en el sofá (si, porque en la casa donde vivíamos solo había una habitación pequeña y obviamente yo no dormía en ella), a la hora de dormir los sonidos de las sirenas de policías y ambulancias, el sonido de los ebrios caminando por las calles e incluso los perros callejeros ladrando como locos debido a que estaban peleando entre ellos me asustaba tanto que no podía dormir.

Eran noches horribles escuchar como un ebrio llegaba a la puerta de la casa creyendo que era la suya y empezaba a azotar la puerta debido a que no le abrían, el miedo de que una persona mala entrara y te hiciera algo malo.

Susurrar el nombre de mis padres para que llegaran mágicamente y me salvaran, me abrazaran y dijeran que todo estaría bien, que ellos me protegerían de todo el peligro que había afuera.

Nunca llegaron...

Incluso recuerdo que una vez les pedí que se quedaran conmigo una noche y lo único que recibí fueron gritos, gritos donde me decían que era un egoísta, un mal hijo que ellos se mataban trabajando todo el tiempo para darme de comer y cuando solo querían un par de horas para divertirse no era capaz de dárselas. Después de eso recuerdo con exactitud como mi padre se quitó el cinturón y me golpeo con él tantas veces que quede completamente afónico al día siguiente.
Quisiera decir que fue la primera vez que hizo eso, pero estaría mintiendo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 18 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mortuus Ante VictusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora