Veinte

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Maratón
3/3

♥︎

                         Jungkook;

Coloqué los bowls encima de la mesa, tratando de mantener mis pensamientos en otra cosa, en otro asunto menos en lo que había escuchado accidentalmente cuando iba a avisarle a Somin y a Yoona de que la cena estaba lista.

Había escuchado todo lo que había pasado con Yoona, lo que le había hecho aquel sujeto que ni siquiera era hombre porque... ¿que tipo de hombre le hace eso a una mujer? O peor... ¿a una inocente chica de preparatoria de diecisiete años? (En aquel entonces).

El sonido de un vaso cayendo al piso me hace reaccionar y salir de los pensamientos que atormentaban en mi cabeza en ese momento, y observo el objeto en el piso hecho añicos en el suelo. Suspiro.

—Pa, ¿que fue eso? —levanto mi cabeza para ver a mi hija entrar. Miro por segundos a Yoona que estaba detrás, noté su nariz un poco rojita. De seguro por haber estado llorando.

—Tumbé un vaso sin querer. Siéntense a comer, yo me encargo de limpiarlo.

—Ten cuidado —me advierte mi hija—. Ven Yoona, siéntate aquí.

Limpié en pocos minutos el desastre del vaso roto y luego tomé asiento en mi silla diaria para comer con ellas. Comencé a comer, mientras miraba disimuladamente a Yoona que comía con su cabeza baja, muy despacio. Y por alguna razón me hervía la sangre de solo pensar que aquel sujeto la tocó porque... de seguro lo hizo y debió ser tan incómodo para ella.

—¿Estudiaron? —decido hablar, para que el ambiente cambiara un poco.

—Mhm. Yoona me ayudó mucho. De seguro obtengo todos los puntos, ¿a que si? —mi hija sonríe viendo a la castaña.

—Claro que sí. Además, aprendes rápido —le sonrió Yoona.

—Claro, aprendí la capacidad de este hombre majestuoso que tenemos en frente —dice mi hija sonriente y suelto una risita negando ante las ocurrencias de Somin—. Por cierto, pa, Yoona se va a quedar hoy porque obviamente vamos a estudiar. Pero puede venir otros días para que hagamos pijamadas, ¿verdad? No te molesta ¿cierto?

¿Como me va a molestar....? Me encanta la idea, de hecho.

—Claro que no, hija. Yoona es bienvenida en esta casa —la miré y noté algo de rubor en sus mejillas.

—Gracias, Señor Jeon.

Mi hija y Yoona ya habían subido hace algunas horas de nuevo y yo me encontraba lavando los trastes sucios para luego subir a mi cuarto y revisar algunos papeles relacionados al trabajo del hospital de los cuales quería encargarme antes de dormir. Finalizo de lavar, y me apoyo en la encimera mientras limpiaba con un paño mis manos mojadas.

Yoona entra a la cocina, pero se detiene al momento de verme; nos observamos.

—Yo... vine porque Somin me pidió que cogiese dos potes de helado —susurra ante mi mirada fija en ella.

—¿Y no vas a acercarte? Creí que querías que descubriéramos si era vampiro o no.

En sus mejillas se intensifica el color rojo y sonrío viéndola. Se coloca frente a mí, y la acerco a mi cuerpo por su cintura. Ella se coloca en puntillas para alcanzar mis labios, y la beso con cariño porque lo de aquel imbécil seguía en mi cabeza y justo ahora lo que pensaba, era en que quería que se sintiera cómoda  conmigo.

Beso su frente y me acerco al frigorífico para sacar dos potes de helado de fresa, que era el sabor que había.

—¿Aun no vas a dormir? —me pregunta curiosa.

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora