Treinta y ocho

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                       Yoona;

—Fue horrible —susurro mientras Dowon me mira triste tomando mis manos con las suyas—. Es decir, no pensé que sería algo que ella simplemente aceptaría y punto pero...fue incluso más horrible de lo que llegué a imaginar.

—Lo siento tanto, dulzura —acaricia mi mejilla—. Pero incluso si fue horrible en algún momento ella lo iba a saber y su reacción sería la misma.

—Lo sé —y aunque no sollozaba, sentía que lo hacía interiormente—. Me siento tan mal.

Dowon no sabe que decirme y solo me atrae hacia él para abrazarme acariciando suavemente con una de sus manos mi espalda. Me había recibido a una hora tan tardía luego de la feroz discusión con Somin. Jungkook incluso me había traído pero le dije que iba a estar bien y además él no tenía que estar conmigo ahora. Era con su hija...

—Te puedes quedar aquí todo el tiempo que quieras —mi amigo se aleja para verme—. Leeyon está de viaje, y aunque regrese a él no le molestará que te quedes.

—Gracias, pero trataré de encontrar algo donde quedarme. Puedo-

—No, de eso nada —sentencia—. Me rehuso a que en estos momentos estés sola. Pasaste algo feo no hace ni más de un mes y ahora vuelves a estar mal, yo te cuidaré como mamá gallina.

Solté una cortita risita a pesar de todo.

—Ven, deberías tomar un baño y dormir temprano. ¿Quieres un té para dormir mejor?

—Mhm, vale.

Sonrió un poco y besó mi sien para llevarme por el pasillo de su depa en dirección a una de las habitaciones que era de húespedes.

A la mañana siguiente, incluso aunque tenía mis ánimos en el suelo y me sentía terriblemente mal en todos los sentidos, no falté a la preparatoria y cada minuto que pasé en esta sentí un incómodo sentimiento de que Somin podría llegar en cualquier momento. Pero eso no pasó, porque no fue a la prepa. Y aunque miré y atendí todo lo que cada profesor dio en su materia fue como si no hubiese estado en el salón en ese tiempo.

No podía dejar de pensar en las palabras de Somin. Aquellas tan dolorosas como: ¿encontraste apoyo en mi papá? Y todo lo que vino antes y después de eso. Y me sentía la peor persona del mundo. Era una mala persona, una mala amiga que había arruinado la mejor amistad que posiblemente había tenido (añadiendo la de Dowon), solo por... querer a una persona que definitivamente no debía.

Yo realmente debí ser capaz de mantenerme alejada de Jungkook, de no ceder incluso cuando estuviese en el borde. Sabía que esto pasaría y aún así no me puse a pensar seriamente las consecuencias y esa era la razón del porque estaba viviendo todo esto.

Cuando salí de la preparatoria, como no tenía que ir a trabajar decidí ir a ver a mi madre. Independiente de, si justo ahora nada en mi vida estaba como quería, quería saber de ella y ver como estaba sobrellevando todo. Porque además de eso, yo quería estar para ella y con ella mientras se recuperaba.

Dowon no dejaba de mandarme mensajes preguntándome que tal el día en la prepa, si había comido, a que hora llegaría y que quería comer cuando llegase al depa. Era realmente tan lindo que era imposible no quererlo y por supuesto me sentía muy agradecida con él justo en este momento.

Subo los primeros escalones frente a la puerta de mi hogar, y toco en la puerta esperando pacientemente recibir una respuesta que no llega así que lo intento nuevamente y recibo el mismo resultado. Suspiré y me di la vuelta sin ánimo, pero justo mi madre entraba por la pequeña puertecita de la entrada con ropa holgada y casual. Y en sus manos unos bolsos; parecía que venía del super. Nos miramos, y sin poderlo evitar sentí mucha paz al verla tan bien, porque su presencia daba aquel aspecto al momento.

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora