Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Veintiocho

                  Jungkook;

Cierro la puerta detrás de mi y observo a través de las cortinas las curvas y el contorno de Yoona detrás de esta. Y no lo iba a negar; me sentía un poco nervioso no sé porque. Creo que era porque con ella quería que todo fluyera bien. Y desde que la conocí me sentí con esa necesidad de que cada paso que diese, fuese correcto. Lo único que pensaba cuando veía a Yoona, era en unas ganas inmensas de cuidarla, quererla. Solo quería que se sintiese bien conmigo, así como yo me sentía bien con ella.

Aparto la cortina y ella estaba de espaldas mientras el agua mojaba todo su cuerpo desnudo y extendía su pelo castaño por toda su espalda. Ella se gira a verme, y ambos nos recorrimos con la mirada. Y ciertamente, esta no había sido la idea que había planeado para esta noche, pero tampoco me disgustaba en lo absoluto. Y me hacía sentir bien, que incluso si habíamos hecho algunas cosas, a pesar de todo, ella pudiese tener la confianza suficiente para estar desnuda ante mí.

—¿No estás muy lejos? —me mira fijamente a los ojos.

—Estoy tratando de respetar tu espacio —confieso, honestamente.

—¿Y si no lo respetas ahora? —extiende su mano hasta tomar una de las mías y acercarme a ella, haciendo que el agua esta vez nos mojase a ambos; hecho con mi otra mano disponible los mechones de mi pelo mojados hacia atrás.

—Yoona, no es necesario que hagamos algo ahora ¿si? Cuando quieras-

—Yo quiero —su respuesta me hace pestañear, así como esta repercute directamente en mi miembro.

Yoona baja su mirada y me vuelve a mirar inocentemente.

—Y tú también ¿no es cierto?

Llevo mi mano a su pelo mojado apartando este y me agacho un poco para alcanzar sus labios, dando al inicio un beso corto dejándonos a ambos con ansias de muchos más. Sin alejarme, susurro:

—Quiero. No sabes como me siento al verte totalmente desnuda.

—¿Entonces? —jadea, ante mis caricias en su oído—. No te contengas.

—Creo que me haces tomar malas decisiones, Lee Yoona —sonrió ante mis palabras y entonces nuestras bocas se unieron sedientos de los labios contrarios.

Rodee con uno de mis brazos su cintura mientras adentraba una de mis manos en su pelo húmedo. Sus manos se deslizaron por mi pecho y mientras una se dirigió a mi nuca la otra bajó a mi entrepierna, y mordí su labio inferior cuando tomó mi miembro comenzando a deslizar su mano húmeda sobre este que se sacudió al instante de sentir su suave y prendido roce. Se alejó despacio y la miré perdido en sus ojos que no dejaban de mirarme mientras hacia esto. La miré agacharse frente a mi, y con la misma mano que sujetaba, acercó este a su boca, y el movimiento de su boca se mezcló con el agua que caía de la ducha. Apoyo una de mis manos en la pared de atrás y con la otra aparto su pelo mojado permitiendo que me siguiese mirando de la forma que lo hacía. Gemí sin contenerme y trago fuertemente.

—L-lo estás haciendo muy bien —a penas puedo decir—, pero aún no quiero correrme. Levántate, no quiero que te canses.

La pegué suavemente a la pared y volví a unir mis labios con los suyos, deslizando una de mis manos hasta llegar a su feminidad. Se aleja un poco para entreabrir sus labios cuando con mis dedos comencé a estimularla. Estaba tan húmeda (y no era solo por el agua que caía encima de ambos), tan húmeda que mis dedos entraban con facilidad en su interior y me estaba encantando o de hecho, me encantaba ver como suspiraba y gemía ante mis estimulaciones. Comienzo a trazar una hilera de besos por su cuello y sin detener mis dedos tomo sus pezones con mi boca para jugar con ellos usando mi lengua y gime. Su mano se encerró en mi muñeca presionando más en su interior y esto me recordó placenteramente a la primra vez que la toqué. Me alejo para mirarla.