Cuarenta y dos

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                       Jungkook;

Había acabado de llegar y me encuentro con varias personas del personal que me dedican una reverencia en lo que me dirijo al ascensor para ir hacia mi oficina para otro día de trabajo. Subo la manga de mi camisa mirando mi reloj; tenía dentro de dos horas una cirugía. Suspiré y esperé que las puertas del ascensor se abrieran para salir de este. Cuando iba llegando a mi oficina, una enfermera sale de esta y me dedica una reverencia cuando nos detenemos uno en frente del otro.

—Doctor Jeon, tiene a alguién esperando por usted en su oficina.

—¿Mhm? Vale. Gracias.

Ella me dedica una reverencia y confundido sin saber quien pudo venir a verme abro la puerta. Entro a la oficina despacio y me quedo viendo fijamente a la persona que está sentada en la silla frente a la mesa que usaba para recibir pacientes. Ella se gira, y aunque realmente no sentía nada ya por ella, mis emociones reaccionan de alguna manera por verla luego de tanto tiempo.

—Solar...

—Jungkook —se levanta y yo pestañeo entrando despacio a la oficina observándola con cautela—. Siento haber venido sin avisar.

La miro en silencio y camino hasta mi asiento detrás de la mesa con ella aún enfrente de mi viéndome. Y seguía prácticamente igual que hace unos años atrás. Solo que con el pelo negro, corto, con facciones de adulta y no de esa jovencita que conocí en aquel entonces.

—Puedes sentarte —enseño la silla y dejo mis cosas a un lado para sentarme yo también. Ella me mira y suspira antes de hablar.

—Ha sido... un largo tiempo ¿no?

—Diecisiete años es un largo tiempo.

Aprieta sus labios y baja su cabeza por unos segundos.

—¿Por qué de repente quieres regresar y arreglar las cosas? —y no puedo detener todas las preguntas de las que de repente exigía una respuesta.

Ella coloca uno de los mechones de su pelo detrás de una de sus orejas y levanta su cabeza mirándome.

—Porque he pensado mucho... —murmura y traga—, sé que lo que hice no tiene perdón y no lo estoy buscando. Pero espero que hayas entendido el porque lo hice.

Una sonrisa de lado se formó en mis labios sin poderlo evitar.

—¿Quieres que entienda que no querías cuidar a Somin?

—No fue así.

—Sí, sí fue así —demandé y pasé mi mano sobre mi rostro comenzando a frustrarme y enojarme de repente—, durante todos estos años me he culpado ¿sabes? De hecho, lo sigo haciendo. Me digo a mi mismo una y otra vez que, yo tengo la culpa de que te hayas ido porque fui yo quién insistió en que tuvieras el bebé cuando tu decías que no te sentías preparada. Y bien, a lo mejor no debí hacerlo, pero ¡joder Solar!, ¿en serio decir que no estabas preparada fue tu excusa? Me dijiste que no querías "perder tu vida" por eso... ese eso, era Somin. Nadie nace preparado para ser padre. Es algo que se aprende, y yo lo hice, solo.

Y aunque había bajado su cabeza a medida que mis palabras salían de mi boca, y escondía su rostro sabía que estaba llorando. Sorbe su nariz y asiente lentamente.

—Tienes toda la razón.

—Es que yo no quiero que me des la razón —pronuncio con sequedad—, quiero que te des cuenta de las cosas.

—¡Y por eso he regresado! —volvió a mirarme, con sus ojos con algunas lágrimas agrupadas—, he pensado mucho y quiero estar con Somin, quiero formar parte de su vida. Sé que he regresado tarde, p-pero estoy a tiempo.

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora