Un Tutor Increíble -Gotoubun No Hanayome-

Capitulo 8

El joven tutor, Uesugi Fuutarou, estaba desayunando con su madre Shizuku y Raiha dentro de su pequeño apartamento. Era miércoles, así que Fuutarou tuvo que ir al museo de la era Sengoku con Miku, ya que había aceptado ir allí juntos. Eso significaba que la sesión de tutoría tenía que ser cancelada, y el chico de cabello negro estaba seguro de que algunas de sus estudiantes no estarían tan felices de saber eso.

-Afortunadamente, se me ocurrieron algunas hojas de trabajo fáciles que pueden resolver incluso sin mi ayuda. Sé que no es lo mismo cuando estoy allí con ellas para ayudarlas, pero esta es la única solución que encontré para hoy-, pensó mientras comía un poco de arroz.

-Onii-chan, hoy tienes que ir al museo con Miku-san, ¿verdad?-, le preguntó de repente Raiha que estaba a su derecha.

El joven sonrió y le dio unas palmaditas en la cabeza. -Sí, Miku me invitó a ir allí juntos y acepté porque comparto su mismo interés por el período Sengoku-.

-¿Estás seguro de que no es porque te gusta, Fuu-chan?-, le preguntó Shizuku, queriendo avergonzar a su hijo.

-Mamá, tengo que ir de compras con Nino el viernes. Y voy a visitar el museo con Miku hoy ¿porque?, como Nino, es una querida amiga mía. También porque quiero saber si Miku es Rose-chan o no-, respondió con calma para no darle satisfacción al burlarse de él.

-Pero tienes que admitir que todas tienen interés en ti. Nino-chan te hizo incluso un bento como nos dijiste, y a Yotsuba le encanta abrazarte-, replicó ella, logrando hacer sonrojar a su hijo.

-Bueno, lo admito seguro, pero en este momento, mi objetivo es ayudarlas con sus estudios y aprobar los exámenes. Aún así, eso no significa que ignoraré sus sentimientos. Pueden estar seguras de eso-, afirmó con una expresión seria.

-Jeje, tienen mucha suerte de tener un tutor espléndido como tú, Onii-chan.-

-Estoy de acuerdo con Raiha. Si Isanari todavía estuviera aquí, estaría muy orgulloso de ti-.

Las palabras de las dos mujeres Uesugi hicieron que Fuutarou sonriera felizmente. Escuchar esas amables palabras era lo que le gustaba, especialmente escuchar que su padre estaría orgulloso de él. El joven estaba seguro de que Isanari todavía los estaba mirando desde el más allá, y Fuutarou estaba decidido a mostrarle cuánto más responsable se volvería.

-Papá, incluso si ya no estás con nosotros, estoy seguro de que todavía nos estás observando desde donde estás ahora. Como te prometí esa vez, haré todo lo posible para cuidar a mamá y a Raiha para no decepcionarte. Y haré lo mismo para ayudar a las hijas de Nakano-san-, pensó Fuutarou, con ahora una mayor determinación que antes.

Después de terminar de desayunar, los dos hermanos Uesugi se prepararon para ir a la escuela, con Shizuku acompañando a Raiha y Fuutarou saliendo después de ellos. Cuando salió del apartamento y bajó las escaleras, Fuutarou notó a una chica pelirroja corta y familiar apoyada contra la pared, que parecía esperar a alguien.

Al reconocerla, el chico salvaje de cabello negro se acercó a ella y le dijo: -Buenos días, Ichika. ¿Me estabas esperando?-

La quintilliza mayor lo miró y sonrió. -Ara, buenos días, Fuutarou-kun. Sí, tienes razón. Onee-san quería ir a la escuela contigo. Además, toma esto-, respondió mientras le daba un café de Starbuck.

-Oh, gracias, Ichika. Realmente lo aprecio-, dijo mientras bebía el café que ella le ofreció. Después de beberlo, tiró el vaso y tomó la mano de Ichika, haciéndola sonrojar.

-¿Ehhh? ¿P-por qué me tomas de la mano, F-f-fuutarou-kun?-, le preguntó mientras comenzaban a caminar.

Se volvió para mirarla con sus ojos dorados y una bonita sonrisa que la hizo sonrojarse aún más. -¿Qué hay de malo en tomar la mano de mi amiga de la infancia? Solo te estoy mostrando que te extrañé-, respondió.