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Pensó que la vida iba a dejar de ser una perra con él. Realmente pensó que cuando llegara el lunes, encontrarse con Hoseok no sería posible. Después de todo, era de saber público que los alumnos podían tomar ciertos días para taller y ciertos días para clase. Fuera como sea, no creía que después de todo lo que investigo sobre el chico raro, y lo ocupado que estaba siendo un próximo estudiante modelo, haya tomado más de un día del mismo taller. Estaba 99% seguro que él tenía millones de talleres como para tomar el mismo dos veces.

Siempre dejen el 1% de probabilidad porque nunca se sabe que sorpresas te daría la vida.

Cuando llego el lunes y entro al salón de la maestra con túnica manchada (¿Cómo era posible que tuviera una mancha en esa cosa, otra vez?), ahí estaba Jung Hoseok.

Él se veía como siempre, teniendo en cuenta las pocas veces que lo había visto, vestía con lo mismo: desaliñado de pies a cabeza, ropa enorme, cabello ondulado lavado, pero sin peinar, y zapatos que no combinaban. También estaba su mochila de color morado media abierta a los pies de él. Estaba sentado y hablando con una compañera del costado sobre veto a saber qué cosa, pero estaba seguro de que era sobre algo aburrido.

Con un suspiro de rendición se acercó a la profesora que sacaba cosas de su maletín. Cuando carraspeo para llamar su atención, ella lo volteo a ver con una sonrisa.

Por lo menos, uno de ellos dos era feliz.

--Jungkook, hola de nuevo. —parecía contenta con su aparición, pero Jungkook estaba seguro que en cualquier momento la hubiera sacado de quicio. -- ¿Qué te trae por aquí?

Dio su mejor sonrisa.

--¿Puedo cambiar de asiento? —pregunto sin miramientos.

La profesora se notaba alegremente confundida.

--¿Sucede algo con tu asiento? ¿Esta averiado?

Jungkook no podía creer que la gente de aquí fuera tan estúpida, aparte de carencia de gracia.

--Me refiero a cambiarme literalmente de asiento. —explico con la paciencia al límite.

--No lo creo, estas bien allí. —dijo la maestra aun con su sonrisa.

Y hasta aquí llego la paciencia de Jungkook. Borro su sonrisa por completo y pregunto con la voz más dura que podía lograr: --¿Podría cambiarme de compañero?

La profesora ni se inmuto ante su voz dura, ella solo frunció el ceño aun con su sonrisa.

--¿Hay algún problema con tu compañero? —antes de que Jungkook dijera que sí, la profesora siguió hablando como si nada. —Porque Jung es un excelente alumno. — entonces la maestra dirigió su mirada a su propio maletín solo para sacar agua.

Jungkook aprovecho para explicar su situación.

--El problema con Jung es...

Antes de poder proseguir, una alarma hizo aparición y venia desde el teléfono de la profesora, que dejo de beber agua para apagarla y darle una sonrisa avergonzada.

--Lamento eso, la clase ya comenzó. Ve a sentarte.

Y así como así, se paró y comenzó a gritar a todos los alumnos que se pusieran en sus asientos, porque tenía que dar un anuncio importante.

Jungkook, aun con el fastidio encima, imagino a la profesora accidentalmente volando desde su puesto en el escritorio hasta la ventana y llegar a unos kilómetros lejos de la escuela. Sin más por hacer y suspirando por su mala suerte, fue a su asiento.

Prometió no hablar con el fenómeno de al lado ni mirarlo, y tener cara neutra hasta el final de la clase.

Aunque Jung tenía otras cosas en mente.

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