16장

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Jungkook no comprendía que estaba pasando y por un momento se preocupó de haber hecho o dicho algo por el cual Hoseok cambio drásticamente a partir de ese momento en el viaje.

Lo último que recordaba era que procedía a tomar su segunda botella de licor y lo demás está borroso. Despertó en la tienda y no supo cómo había llegado hasta allí, pero no había nadie a su costado y no pregunto más porque su cabeza no paraba de dolerle.

Después vino Hoseok muy campante a abrazarlo y mirarlo con anhelo en toda su máxima expresión. Cómo si Jungkook le hubiera regalado la luna y él no lo supera. Lo dejo realmente confundido, pero aun con el dolor, no hizo más que seguirle la corriente. Dejo que le diera agua y también lo alimentará, en el sentido de que había hecho cola por él para el desayuno y se lo entrego con una gran sonrisa.

También dejo que le ayudara con su ropa, tendiéndole lista y doblada para que se cambie. Y hasta le arregló el cabello como si fuera una especie de madre.

Extraño, pero Jungkook no dejo que lo detuviera para poder sentarse a descansar en el autobús de regreso a casa. Que, por cierto, Hoseok dejo que acostara su cabeza en su hombro, y no podía negarse, era cómodo.

Lo levanto, no como acostumbraba cada vez que se quedaba dormido, con un movimiento en su hombro y un: "ya llegamos". Ahora lo levanto con una ligera caricia en el cabello y un: "Jungkook, llegamos, levántate". Un poco más y lo arrullaba.

Aun así, no se quejaba y salieron del autobús, cada uno yéndose a su casa. Por su puesto que Hoseok se despidió de él con un abrazo, pero esta vez, el abrazo duro un poco más.

Pero pensó, una vez más, que estaba comportándose de aquella manera porque tenía pena por un Jungkook borracho (porque se notaba a leguas que sabía, por como lo trataba. Lo cual era raro porque no le regaño por eso) y nada más.

Pero ahora que habían pasado 4 días... no podía decir lo mismo.

Había comenzado la semana con mensajes de Hoseok lleno de corazones y palabras cariñosas. Meloso era poco para describirlo.

Había estado abrazándolo cada que podía: cuando llegaba a la escuela, cuando estaban en la cafetería y cuando estaban por irse. Jungkook no tenía problema con ello, pero parecía que Hoseok se aferraba a él de alguna forma.

Luego estaban las cosas extrañas que antes no hacía: por lo menos las conversaciones interesantes no habían cambiado y seguía siendo divertido estar con él, el problema era que mientras estaban conversando, Hoseok estiraba su mano para tocar la de Jungkook o a veces se acercaba tanto que parecía querer apoyarse en él.

Sus ojos eran otra cosa, lo miraba como si tuviera la galaxia entera, como si Jungkook fuera la respuesta a todos sus problemas. Cómo si estuviera...

No podía ser, por eso Jungkook llegó a la conclusión de que Hoseok se sentía últimamente más necesitado, nada más. Algo como que un amigo necesitaba de vez en cuando.

Otro problema, si se puede llamar así, es que no sabe por qué, pero aseguraba que Hoseok lo hacía apropósito.

Por ejemplo: Noah. Este chico, ahora que se sabía que compartía una clase con Hoseok, se dio él solo el derecho de hablarles y hasta un día vino a sentarse en la misma mesa que ellos en el almuerzo. Sea como fuese, Hoseok no fue descortés, pero Jungkook no estaba tan feliz con su presencia.

Entonces Hoseok le dijo: "Tranquilo, charlaremos con él y luego ambos iremos a tu casa, ¿te parece bien?".

¿Por qué Hoseok lo calmaba? Y ¿Por qué había funcionado?

Tal como prometió, charlaron un poco y luego fueron a la casa de Jungkook. Habían estado en su cama cuando entonces Hoseok lo abrazo de repente y se quedaron así un largo tiempo. Tendidos en la cama y con la respiración del otro. Ya ni sabían que estaban haciendo, pero nada de eso importaba, solo eran ellos dos y su reparación de que se quedaron dormidos.

ガストンDonde viven las historias. Descúbrelo ahora