14장

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—Aunque el musgo que hay aquí puede ser contaminante. Te lo digo yo, que he estudiado mucho antes de venir aquí. Creo que por eso soy el asistente de la profesora, ¿tu que crees?—dijo Jimin volteando a ver a su compañero que no paraba de cortar con irá aquel tronco.

—Genial—respondió jadeando por el movimiento del hacha.

Jungkook era agradable. Realmente lo era la mayor parte del tiempo y por eso le caía bien a toda la gente. Era un don.

Pero una cosa diferente era que Jungkook le agradará a todos y otra es que a él le agradará la gente.

“Sé amable y gentil. Puede ser que no te agrade algunas personas a simple vista, pero no por eso debes tratarlas mal”; había dicho Hoseok alguna vez.

Cuánto quisiera gritarle: “Bueno, pero si conocieras a Park Jimin…”.

Era realmente molesto.

No era divertido como cuando Hoseok decía datos al azar o hacía chistes cultos que a casi nadie le gustaba. No. Jimin era mil veces peor, pero sin ser agradable.

Hoseok por lo menos sabía callarse, Jimin era lo opuesto: mientras más estabas reacio a escucharlo, más ímpetu ponía para sacarte de tus casillas.

Sabía que no lo hacía con mala manía, era su forma de ser: molesta.

Jungkook se había acostumbrado a Hoseok siendo todo un parlanchín y su auténtica forma de ser que lo dejaba maravillado porque supiera más que una enciclopedia. En el caso de Jimin era poner datos al azar y esperar a que tuviera sentido, sin gracia o soporte, solo diciendo las cosas para demostrar que sabía sobre el tema.

Y cuando Jungkook le dijo explícitamente: “Trabajo mejor callado”; no entendió su indirecta. Comenzó a hablar sobre que el déficit de atención ataca a las personas como la personalidad de Jungkook, ya que no podían hacer una cosa o les distraía otra, cómo la voz de Jimin.

Aunque ofendido, le dio ganas de decirle a Jimin que era verdad, que era un chico con déficit de atención que necesitaba silencio porque no conectaba dos neuronas, haber si así se mantenía en silencio.

Pero no, Jungkook se vio envuelto en la voz de Hoseok diciéndole que sea agradable aunque no quisiera porque eso demostraría su gran educación.

¿Qué sentido tenía ser eso sí la persona con la que hablaba no se esforzaba lo mínimo por ser agradable con él?

Mierda, quería meterse un hachazo y morir en el acto, antes de seguir escuchando al aburrido y molestoso Jimin.

Pero mantuvo la calma para hacer honor a las palabras de Hoseok, que aunque sabía que Hoseok no pensaba de aquella forma, ya que sabía en el fondo que no era del todo eficiente; dejo que el consejo sabio lo envolviera.

Eres mejor de lo que las personas hablan; también dijo Hoseok alguna vez.

Suspiro y siguió cortando madera.

Extrañaba estar con él, aunque solo hubiera pasado una hora desde que se fueron.

Una hora.

De solo pensarlo, le picaba las manos para dar más fuerte al pobre tronco. De solo pensarlo, quería salir corriendo a envolver bajo su ala a Hoseok para que él estúpido de Noah no lo viera.

Se puso a pensar en ello un poco, pero temía tener razón.

La razón del porque tenía miedo se remonta al principio, dónde pensaba lo peor de Hoseok por un asunto que ahora le parecía irrelevante y estúpido. Luego había intentado ignorarlo, fallando por alguna razón. Para después ser amigos inseparables.

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