15장

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Cuando Jungkook se sentó en un tronco frente al gran fuego, no sé sintió cómo en las películas, en lo absoluto.

Se suponía que en las películas, estar frente al fuego, te traería cierta nostalgia, pero alegría, junto con algo de alegría. Traería ese clima cálido e íntimo y divertido del que todos hablan. Tomarían fotos y lo colgarían a sus redes porque realmente lo disfrutaban.

Sentía que era toda una farsa y que lo último que quería ver era gente que no conocía alrededor un fuego, cómo si el rindieran culto. Horrible. Quería tirarse en algún lado y huir de sus problemas. Quería ser aquel chico dramático de las series que solo miraba el cielo y perdía el conocimiento por el debate de su alocada mente.

Pero tenía que estar en frente del fuego, pensando en cómo seguiría después de su gran revelación.

No era tan difícil, después de todo, podía hacer como que nunca pasó y seguir con su patética vida. Pero estaba la cara de Hoseok en su mente y era imposible no tomarla en cuenta o evadirla. Era como si te llamara para hacer lo que no quieres. Para tirar todo a la mierda y...

No podía hacerlo. Su amistad era más importante como para cagarla como los sentimientos profundos que sentía.

De todas formas, ¿Quién le decía que Hoseok lo aceptaría? Teniendo en cuenta como era, las oportunidades eran escazas. Él era demasiado como para estar con un chico confundido consigo mismo y con demasiados defectos.

De pronto se sentía insuficiente e inseguro. Se sintió vulnerable, lo que hizo que un nudo en la garganta se alojará en su garganta.

Hubo paso acercándose, pero estaba demasiado cansado para mirar.

Pronto escucho la voz de sus problemas.

—¡Jungkook! Dime qué estás bien. —fijo sus ojos en las zapatillas rojas de Hoseok. Era gracioso ver la diferencia de sus zapatos negros con lao rojos de Hobi. Haciendo hincapié en lo diferente que eran—Eso fue un gran susto, enserio. ¿Acaso no tienes ojos o también los perdiste junto con tus ganas de estudiar?

Hubo unas risas.

Jungkook levanto la mirada y ahí estaba Noah a su lado, con una sonrisa, cómo si Jungkook estuviera de humor por ver al detonante que hizo que aceptara sus sentimientos con Hoseok.

—Hicimos pulseras—frente a los ojos de Jungkook, Hoseok le tendió una pulsera púrpura con decoraciones como corazones y flores. Típico de Hoseok. Se notaba que era algo que haría él. Jungkook seguramente lo hubiera abandonado—Esta es para ti.

Jungkook no la sostuvo.

La miraba fijamente y más arriba estaba la muñeca de Hoseok, que tenía la misma decoración, pero era de color azul bebé. Estaba seguro de que Noah tendría uno igual y no quería ni fijarse por eso.

—¿Estás bien o te comió la lengua el pez? —Hoseok soltó una risita—Es una broma, pero por favor habla.

Jungkook siguió sin contestar, pero sus ojos ahora se posaron en los del contrario. Tan pequeños, pero con una galaxia entera.

Hoseok carraspeó y se sentó junto a él.

Jungkook sintió que el otro también se sentaba, pero por lo menos respetando su espacio personal.

—Seguro tienes hambre. Los demás ya vienen y la profesora dice que podremos comer alrededor del fuego cuando todos estén. —menciono Hoseok con una mueca preocupada. Sus ojos no se desconectaron. —Jungkook...

Arrastro las palabras mientras posaba una mano encima del otro. Jungkook las miro y todas sus preocupaciones vinieron a su mente como un remolino y se dijo una vez que este ser de luz no podría aceptar a alguien tan oscuro y perdedor como él.

ガストンDonde viven las historias. Descúbrelo ahora